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Quásar con agujero negro se devora sol diariamente en el universo

Descubren el objeto más luminoso conocido en el universo

La luz del objeto más luminoso conocido tardó más de 12 mil millones de años en llegar a la Tierra, desde la infancia del Universo. Se trata de un cuásar, un gigantesco disco de gas y polvo, de siete años luz de diámetro, formado alrededor de un agujero con una masa de más de 17 mil millones de soles. Este objeto devora diariamente materia equivalente a nuestro Sol y emite enormes cantidades de luz que nos llegan desde la aparición del cosmos.

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Cuásares, del inglés «objeto cuasi estelar», se llaman así porque a finales de los años 50, los astrónomos se dieron cuenta de que estos objetos lejanos se confundieron al observarlos a través del telescopio con simples estrellas cercanas. Desde entonces, se han identificado más de un millón. J0529-4351, fue considerada por un análisis automatizado demasiado brillante para ser un cuásar y fue identificada como una estrella. Su verdadera naturaleza fue revelada el año pasado con observaciones realizadas desde el telescopio de 2,3 metros de la Universidad Nacional de Australia en el Observatorio Siding Spring. Luego, los científicos pudieron estimar con precisión las distancias, las dimensiones y el brillo del objeto con el espectrógrafo desde el Very Large Telescope (VLT), una instalación del Observatorio Europeo Austral en el desierto de Atacama, Chile.

Mar Mezcua, del Instituto de Ciencias Espaciales (ICE-CSIC), de Barcelona, considera que lo más interesante del trabajo es que muestra cómo «aunque tengamos una inmensa cantidad de datos, si no gestionamos para manejarlo bien, hay muchos descubrimientos que pasan desapercibidos». En la búsqueda de cuásares, se analizan grandes regiones del cielo y luego se utilizan modelos, a veces aprendizaje automático, para intentar distinguir los cuásares de las estrellas u otros objetos celestes.

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Isabel Márquez, del Instituto de Astrofísica de Andalucía, señala que el tamaño de este objeto será útil para probar las relaciones entre masa y luminosidad de agujeros negros distantes, algo que, hasta ahora, requiere mucha extrapolación. «Cuando el ELT (Extremely Large Telescope, que se construye en Chile) funcione y se pueda realizar interferometría óptica, será uno de los primeros objetos a investigar», afirma Márquez. El cuásar J0529-4351 servirá para actualizar un instrumento, GRAVITY+, que sirve para medir la masa de los agujeros negros.

El descubrimiento de objetos tan grandes en las primeras etapas del Universo muestra «la predilección del Universo por la formación de objetos muy masivos, en zonas más densas y con más galaxias que ahora», explica Márquez. «En el universo posterior, estos objetos ya no se pueden generar». Este tipo de descubrimientos «da peso a la teoría de los agujeros semillas»: un tipo de objetos que ayudarían a explicar cómo estos agujeros negros masivos se formaron tan temprano, cuando no está claro cómo se pudo haber acumulado tanta materia.

Según Márquez, descubrimientos como los anunciados están reconstruyendo la historia de aquellos primeros días del cosmos, fundamental para comprender cómo evolucionó hasta convertirse en el universo que habitamos.

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