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Construir una startup es como construir una casa

Tienes que empezar con los planes correctos.

Este es un escenario tan absurdo que haría reír al contratista al ver su puerta de entrada aún no instalada. Pero este ejemplo es inquietantemente similar al discurso que muchos fundadores de startups dan a inversores potenciales. Mi investigación indica que más de la mitad de los fundadores no tienen una diapositiva decente sobre el “uso de los fondos”. Eso no es genial. Fundadores, ustedes pueden hacerlo mejor.
Al construir una casa, por supuesto necesitarás un plan, un cronograma y una idea clara de cómo será tu futuro hogar. No se conformaría con un contratista cuyos únicos planes sean “improvisar”. Sin embargo, en el espacio de las startups, los fundadores a menudo esperan que los inversores acepten un sueño tejido con hilos de ambigüedad.
Los inversores, al igual que los propietarios de viviendas, no buscan invertir su dinero en una fundación que no llega a ninguna parte. Quieren invertir en una “casa” que, al final del período de construcción, no sólo esté en pie sino también lista para la siguiente fase, ya sea para vivir en ella o para venderla.
Para una startup, la “casa terminada” no está hecha de ladrillos, cemento y esas geniales salidas USB, sino que se construye con hitos y logros.
¿La startup ha registrado alguna patente? ¿Cuántos clientes atraerá? ¿De qué cifras de ingresos presumirá? Estas son las “habitaciones” y los “accesorios” que los inversores buscan en la startup. Si estos hitos se alinean con lo que los inversores esperan para la próxima ronda de financiación de la startup, la startup tiene una posibilidad muy razonable de lograr una recaudación de fondos exitosa.
La analogía de la casa funciona de varias maneras: ocurren errores y las estimaciones tremendamente erróneas son bastante comunes. Nadie espera que un contratista prediga el futuro con absoluta certeza; Los retrasos climáticos, los problemas de suministro y otros eventos imprevistos siempre pueden interrumpir el trabajo. Sin embargo, un buen contratista contará con un plan, un cronograma y medidas de contingencia.
Cuando se trata de nuevas empresas, examinar los planes y encontrar fallas es lo que llamamos «hacer la diligencia debida». Los fundadores de startups no pueden predecir todas las fluctuaciones o desafíos del mercado, pero pueden y deben delinear sus objetivos, estrategias y cómo planean superar los obstáculos potenciales. Este plan es su modelo para el éxito y al menos debe ser factible.
Mira, lo entiendo. Los fundadores pueden evitar proporcionar planes detallados, tal vez por miedo al fracaso o a las críticas. Quizás sea su primera startup. O tal vez haya enormes lagunas de incógnitas en su futuro. Está bien, es razonable, pero demuestra que también sabes cómo planificarlo.
El viaje de construir una startup es una aventura llena de giros inesperados, muy parecido a construir la casa de tus sueños. Cualquiera que haya llevado su casa al estudio se ha sentado en algún momento en medio de una sala de estar destruida, sollozando mientras se le presenta otra bola curva. Así son los primeros años de vida: te adaptas a los golpes.
Pero necesitas un plan y poder presentarlo como parte de tu propuesta. Nadie le dará una camioneta, un cheque en blanco ni indicaciones para llegar al Lowe’s más cercano. Necesita hacer bien el “uso de los fondos”.

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