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Naciones Unidas ha dado instrucciones a todo su personal en Afganistán para que se mantenga alejado de sus oficinas en el país después de que los talibanes prohibieran a las mujeres afganas trabajar con la organización.

“El personal nacional de la ONU, hombres y mujeres, recibió instrucciones de no presentarse en las oficinas de la ONU, con excepciones limitadas y calibradas para tareas críticas”, dijo la organización en un comunicado.

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Esto ocurre después de que los hombres afganos trabajen para la ONU en Kabul me quedé en casa la semana pasada en solidaridad con sus compañeras.

La ONU dijo que la acción de los talibanes era una extensión de una prohibición anterior, aplicada en diciembre pasado, que prohibía a las mujeres afganas trabajar para organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales.

La organización dijo que la prohibición es «la última de una serie de medidas discriminatorias implementadas por las autoridades de facto de los talibanes con el objetivo de restringir severamente la participación de mujeres y niñas en la mayoría de las áreas de la vida pública y cotidiana en Afganistán».

Continuará «evaluando el alcance, los parámetros y las consecuencias de la prohibición y detendrá las actividades cuando se impida», dijo el comunicado, y agregó que el «asunto estará bajo revisión constante».

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Varios funcionarios de la ONU en el país ya han enfrentado restricciones de movimiento desde que los talibanes tomaron el poder en 2021, incluido el acoso y la detención.

Ramiz Alakbarov, Representante Especial Adjunto de la ONU, Coordinador Residente y Humanitario para Afganistán, calificó la semana pasada la decisión de los talibanes como una «violación sin precedentes de los derechos humanos».

«Las vidas de las mujeres de Afganistán están en juego», dijo, y agregó: «No se puede llegar a las mujeres sin mujeres».

La representante especial del secretario general de la ONU para Afganistán, Roza Otunbayeva, se está comprometiendo con los talibanes al más alto nivel para «buscar una reversión inmediata del orden», dijo la ONU la semana pasada.

“En la historia de las Naciones Unidas, ningún otro régimen ha intentado jamás prohibir que las mujeres trabajen para la Organización simplemente porque son mujeres. Esta decisión representa un ataque contra las mujeres, los principios fundamentales de la ONU y el derecho internacional”, dijo Otunbayeva.

Otras figuras dentro de la organización también condenaron la medida, y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos la calificó de «absolutamente despreciable».

Después de que los talibanes prohibieran a las trabajadoras humanitarias en diciembre, al menos media docena de importantes grupos de ayuda extranjera han suspendido temporalmente sus operaciones en Afganistán, lo que reduce los ya escasos recursos disponibles para un país que los necesita desesperadamente.

El regreso de los talibanes al poder precedió a la profundización de la crisis humanitaria en Afganistán, lo que exacerbó los problemas que habían asolado al país durante mucho tiempo. Después de la toma de posesión, EE. UU. y sus aliados congelaron aproximadamente $7 mil millones de las reservas extranjeras del país y cortaron la financiación internacional, paralizando una economía que depende en gran medida de la ayuda exterior.


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