Durante la madrugada del Viernes Santo, la casa de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, fue allanada por fiscales y agentes. La operación tenía como objetivo recuperar 15 relojes de lujo, incluyendo un Rolex valorado en 19 mil dólares, que no habían sido declarados.
Tras el allanamiento, los funcionarios también se dirigieron al Palacio de Gobierno para continuar con las investigaciones. La presidencia afirmó que colaboraron plenamente con las autoridades durante el proceso.
Este hecho ha sido calificado como histórico en Perú, ya que es la primera vez que la casa de un presidente en funciones es registrada de esta manera. Sin embargo, Boluarte ha evitado mostrar sus relojes de alta gama, lo que ha generado críticas y acusaciones de obstrucción a la justicia.
La ausencia de la presidenta en eventos oficiales y sus declaraciones contradictorias han levantado sospechas sobre un presunto delito de enriquecimiento ilícito. Se han revelado transferencias financieras a sus cuentas bancarias cuyo origen no ha sido esclarecido, lo que lleva a la sospecha de lavado de dinero.
Además, se ha descubierto que Boluarte exhibía joyas de alto valor, como una pulsera de oro de la marca Cartier valuada en 55 mil dólares. La situación ha generado preocupación en el país y ha llevado a una reunión extraordinaria de ministros de Estado.
El tema sigue generando controversia y debate en Perú, donde la incertidumbre sobre la conducta de la presidenta ha generado un clima de tensión. La información sigue evolucionando y las autoridades continúan investigando el caso.
