Publicidad
Comparte esto en:

El límite de la riqueza: incluso Microsoft tiene limitaciones econónmicas

Microsoft llevará varios de sus títulos a otras consolas, como Nintendo Switch y PlayStation 5. Podemos decir que, tras unos días de incertidumbre, este es el resumen de la nueva estrategia para el apartado de videojuegos de la compañía norteamericana. Porque un fantasma ha estado rondando el mundo virtual estos últimos días. El espectro de la reconversión de Microsoft. Lo cierto es que en las últimas dos semanas ha corrido como la pólvora por internet un rumor (rumor respaldado por filtraciones) que podría alterar notablemente todo el ecosistema del videojuego. El rumor decía que Microsoft, la empresa detrás de las consolas Xbox, la compañía que en los últimos años mantuvo la política más agresiva de compra de estudios (Mojang, Ninja Theory, Arkane, King, Bethesda y un largo etcétera hasta acabar con la gigantesca adquisición de Activision Blizzard), habría renunciado a la exclusividad, compitiendo cabeza a cabeza con Sony y Nintendo, y se habría mostrado abierta a convertirse en una empresa de desarrollo de videojuegos para todas las plataformas.

Phil Spencer, el cerebro detrás de la división de videojuegos de Microsoft durante los últimos años, en un alarde de lo que no debe ser una política de comunicación, no negó los rumores sino que emplazó a la gente a un evento explicativo que se celebró la semana pasada. Las mentiras se desbordaron. La especulación se disparó. Incluso se habló de renunciar a seguir desarrollando consolas, dejando todo el terreno a Sony, lo que supondría el cambio más importante en la industria en años. El evento finalmente ocurrió, pero nadie está seguro de si aclaró las cosas o las oscureció aún más. «Tomamos la decisión de llevar cuatro juegos a otras consolas». Al final, la explosión fue controlada, pero muchos ven esto como el primer paso hacia una reestructuración completa del sector de los videojuegos. No dijo cuáles, pero todo indica que sería Carreras de alta fidelidad, Arrepentimiento, De castigo y Mar de ladrones. Otras grandes exclusivas de plataforma, como campo de estrellas o el futuro es muy codiciado Indiana Jones, seguirían siendo exclusivos. Por ahora. A lo largo de los últimos años, Microsoft ha manipulado todo el ecosistema de videojuegos utilizando su chequera. Compró estudios que no sabía cómo utilizar para producir grandes resultados. Llevó al mercado una máquina muy potente, pero perdió ventas frente a su rival directo, la PlayStation. A cambio, creó un producto muy atractivo: Game Pass, esa especie de Netflix de interactividad que consiste en un amplio catálogo de juegos a cambio de una suscripción mensual. Nada de lo que jugamos sería igual si no fuera por Microsoft. Pero Game Pass ha llegado a su límite. Tiene, como reveló la compañía hace dos días, 34 millones de usuarios. Dadas las proyecciones de crecimiento que esperaba la empresa, no es suficiente. Microsoft ha conseguido mantener este (a menudo desafortunado) nivel de inversión por la sencilla razón de que, siendo ahora la mayor empresa del mundo, su capitalización bursátil duplica el PIB de España. Es decir: con la pólvora del rey dispara bien. Pero la paciencia de los patrones llega a su fin incluso en un imperio dorado como Microsoft. En un contexto donde la audiencia del juego se ha estancado y la estrategia elegida no ha dado los resultados esperados, no podemos desperdiciar infinitamente. Todo parece indicar que la expansión de los últimos años ha terminado y que entraremos en un periodo de concentración y cambio. No será inminente, pero estos cuatro partidos podrían ser el primer paso de un largo camino. Cosas ciertas, amigo Sancho.

Publicidad
Publicidad

Comparte esto en:
Publicidad

Publicaciones Similares

Deja un comentario