El partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) sorprendió a todos al ganar en ciudades como Siedlce y Jastrzebie-Zdrój, desafiando el axioma polaco que les excluye de gobernar en urbes grandes. Sin embargo, otros territorios fueron conquistados por la Coalición Cívica (KO), liderada por el primer ministro Donald Tusk.
En capitales importantes como Varsovia, Gdansk, Cracovia, Wrocław y Rzeszów, los candidatos de la KO se impusieron en la segunda vuelta de las elecciones locales, consolidando su poderío municipal ante el ultraderechista PiS. A pesar de las sorpresas inesperadas en algunas ciudades, la derrota del PiS fue evidente en los centros urbanos más grandes.
En ciudades como Siedlce, el duelo final entre el alcalde Sitnik y el candidato del PiS, Hapunowicz, resultó en una victoria ajustada para el ultraconservador. A pesar de la animosidad hacia su partido, Hapunowicz logró imponerse, demostrando que el PiS aún mantiene un fuerte respaldo entre sus votantes.
El síntoma de fatiga política se evidenció en una baja participación electoral en comparación con elecciones anteriores, y una desilusión generalizada en algunos sectores de la población por el incumplimiento de promesas electorales. A pesar de esto, el PiS logró mantenerse como una fuerza importante en la arena política, gracias a su lealtad y disciplina de sus seguidores.
A medida que se acercan las elecciones europeas en junio, tanto el PiS como la KO están preparando estrategias para mantener o aumentar su presencia en el escenario político nacional. Mientras tanto, la ciudadanía espera ver cómo se desarrollan las promesas electorales y cuál será el rumbo que tomará la política en Polonia en los próximos meses.
