La encuesta, realizada en colaboración con Transparência Internacional-Brasil, se realizó entre el 12 y el 28 de julio a partir de entrevistas en línea, con un cuestionario estructurado. En total, se realizaron 100 entrevistas en 100 de las 250 empresas más grandes de Brasil.
La llamada ley anticorrupción estableció instrumentos más modernos para combatir la corrupción, como los acuerdos de clemencia, la responsabilidad objetiva de las personas jurídicas (sin necesidad de prueba de culpabilidad o dolo) y una tipificación más clara del cohecho por parte de funcionarios públicos extranjeros, en además de incentivar la adopción de sistemas de cumplimiento en las empresas.
La encuesta también encontró que el 54% piensa que los profesionales de cumplimiento solo tienen autonomía, seguridad y apoyo en una minoría de empresas. Otro 44% cree que estos empleados cuentan con el apoyo de la mayoría de las empresas. Y el 2% habla de no tener apoyo.
En cuanto al cumplimiento, el 57% cree que el sector debería crecer más en los próximos años y el 43% piensa que mantendrá su tamaño actual. Para los entrevistados, el punto que más necesita mejorar en la legislación son los incentivos para que las empresas adopten prácticas de integridad.
Aún según la encuesta, el 57% de las empresas considera que la ley ayudó poco a desarrollar el cumplimiento en las pequeñas y medianas empresas, mientras que el 42% considera que ayudó mucho. Solo el 1% considera que no ayudó en nada en este sentido.
La mayoría de los empresarios (87%) también clasificó que una eventual adhesión de Brasil a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) podría elevar los estándares. Para el 13% no habrá impacto en la emisión.
“Además de equiparar a Brasil a la legislación anticorrupción más moderna del mundo, la Ley 12.846 produjo, en diez años, una verdadera revolución en el sector privado brasileño, con la difusión de mecanismos y una cultura de cumplimiento que no existía antes. Pero los propios ejecutivos reconocen que los sistemas de integridad aún son inmaduros y su efectividad depende, por un lado, de incentivos positivos, como el apoyo de la alta dirección de las empresas y, por otro lado, de la capacidad de ejecución de las autoridades”, analiza Bruno Brandão, director ejecutivo de Transparencia Internacional-Brasil
En cuanto a los operativos policiales anticorrupción realizados en Brasil, el 83% dijo creer que ayudaron a reducir la sensación de impunidad en el país, mientras que el 17% cree que no han tenido este impacto. Entre las operaciones, Lava Jato es vista como positiva para el 64%, regular para el 25% y negativa para el 11%.
Aún sobre las operaciones, el 93% considera que ayudaron a transformar los mecanismos y estándares de integridad empresarial. Solo el 7% no está de acuerdo con este punto.
*Publicado por Pedro Jordão, de CNN