Un 8 de agosto, trece años atrás, en un pueblito de Brasil llamado Esperantina, el concejal comunal José Arimateia Dantas Lacerda, propuso establecer el día internacional del orgasmo femenino. Su argumento se basó en un estudio hecho por la Universidad Federal de Piauí, que reveló que el 28 % de mujeres de esa región, jamás experimentó un orgasmo.
Este hecho, apuntó Dantas Laverda, representa un problema de salud pública, y es menester que la población local e internacional tome conciencia de que hay que revertir esa incapacidad de muchas mujeres de sentir placer sexual.
El proyecto se concretó en legislación en ese municipio, se expandió en redes sociales y se ensanchó a la lista de días internacionales de la Organización de las Naciones Unidas.
Durante mucho tiempo, la sexualidad femenina fue un tabú social, razón por la cual, muchas de estas mujeres brasileñas y otras tantas a lo largo y ancho del mundo, jamás han experimentado un orgasmo durante sus relaciones sexuales.
Informaciones reveladas en un estudio realizado en 52.588 adultos en los EEUU indican que, “los hombres heterosexuales son más propensos a decir que siempre tenían un orgasmo cuando tenían relaciones sexuales íntimas (95%), seguidos de los hombres homosexuales (89%), los hombres bisexuales (88%), las mujeres lesbianas (86%), las mujeres bisexuales (66%) y las mujeres heterosexuales (65%)”.
“Hay una gran discrepancia y parte de la razón es la falta de conocimiento”, analizó la obstetra y ginecóloga de Los Ángeles, Nita Landry. “Sólo tenemos que hablar de eso o, de lo contrario, seguiremos teniendo la vida sexual que tenemos en general como mujeres, y esa brecha seguirá ahí y nada cambiará”, insistió.
A nivel mundial no alcanzar el orgasmo frecuente afecta alrededor del 30% de mujeres. En Estados Unidos, Europa, América Central y del Sur, el número de mujeres que no alcanza el orgasmo varía entre 16% y 28% y en Asia los números alcanzan el 40%.
En Paraguay, el tema del orgasmo femenino no cuenta con un estudio sistemático acerca del nivel de personas de ese género, que presenta problemas para disfrutar el placer sexual con sus parejas.
El tema no cuenta con muchos abordajes para hacer frente a una cuestión que, en términos teóricos, debería ser natural y normal, a efecto de echar manos a las herramientas terapéuticas existentes para revertir el asunto.
¿Cuál es la duración ideal del acto sexual? ¿Qué factores influyen para lograr el orgasmo femenino? ¿Existen fórmulas efectivas para el efecto? Son algunas de las interrogantes que figuran en los estudios hechos en otros países, que ponen al tapete el problema y las soluciones.
