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Guaraní lo intentó, pero no logró revertir la serie frente al Botafogo con el que igualó sin goles ayer en el partido de vuelta en los octavos de final de la Copa Sudamericana. El conjunto aurinegro desplegó un gran primer tiempo, en el que tuvo las mejores chances de macar pero no supo definir. La visita, que puso un alternativo, jugó con la ventaja del juego de ida (2-1) y la necesidad del rival.

Fue superior en el primer tiempo

Guaraní corría con la necesidad de revertir la serie que iba 2-1 a favor del Botafogo y en la primera parte lo hizo bien… solo le faltó el gol.

El Albinegro, que puso un equipo con muchos jugadores de alternativa, nunca tuvo la profundidad necesaria para sacar provecho de la posesión. Esta situación hizo que con el paso del tiempo el local vaya ganando protagonismo.

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Juan Pablo Pumpido ajustó algunas piezas en mitad de cancha. Ordenó una presión alta para evitar que la visita pueda salir jugando con tranquilidad y cometa varios errores.

Los movimientos del equipo aborigen comenzaron a ser efectivos. Mucha intensidad para presionar y recuperar en mitad de cancha, pero al principio imprimieron esa misma intensidad y velocidad cuando pasaban al ataque, lo que hacía que malogren esas oportunidades.

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Al momento que comenzaron a poner un poco de pausa y buscar el trámite asociado tras recuperación de balón, Guaraní creció en su juego y se hizo amplio dominador. Paul Riveros tuvo la primera aproximación con un cabezazo que pasó cerca y luego Romeo Benítez tuvo las dos chances más claras en una misma jugada. El primer remate fue al palo y el segundo pasó muy cerca de la portería defendida por nuestro compatriota Roberto Júnior Fernández.

El primer lapso se fue dejando una muy buena sensación para el equipo de Pumpido. Para la segunda parte, la cuestión era ver si mantenía la intensidad.

Los cambios realizados por el entrenador Bruno Lage le dieron un mayor equilibrio a su equipo en el medio sector. Con eso equipararon el duelo, haciendo que el cuadro aurinegro perdiera en intensidad. Cada vez que podía, Botafogo hacía circular el balón con paciencia y le bajaba el ritmo al juego.

Ambos equipos mostraron un defecto fue en la terminación de las jugadas. Todo avance prometedor moría por un mal pase o una definición defectuosa.

Esto lo pagó muy caro Guaraní, quien dio batalla hasta el final, pero se despidió del torneo.

“Se nos escapó…”

El Aurinegro tuvo varias ocasiones claras de gol y al no aprovechar lo terminó sufriendo. “En el primer tiempo tuvimos un par de ocasiones importantes. La de Romeo que pega en el palo, en la siguiente una que pasa muy cerca y después otra que pega por la espalda de Santander”.

Al equipo hay que felicitar porque supo jugar. Zafamos cuando teníamos que sufrir, pero no estuvimos finos para marcar”, finalizó el defensor.

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