Los alrededores del Palacio Nacional de Haití, en Puerto Príncipe, fueron escenario de una nueva escalada de violencia este viernes por la noche. Una sucesión de tiroteos ha aumentado la tensión en una amplia zona del centro de la capital a medida que crece la confusión sobre lo sucedido.
En medio de versiones contradictorias sobre las balaceras en un país cerrado y postrado ante la violencia, algunas voces no descartan que el objetivo de las bandas armadas sea tomar el Palacio Nacional. Las imágenes publicadas en las redes sociales también muestran grandes agujeros en las paredes del aeropuerto de Puerto Príncipe.
La jornada transcurrió en aparente calma en la región metropolitana de la ciudad y recién por la tarde se produjeron disparos esporádicos. Sin embargo, en las primeras horas de la noche se desató el caos. Las tensiones aumentaron exponencialmente en Haití después de que se supiera el 28 de febrero que el primer ministro haitiano, Ariel Henry, se había comprometido a celebrar elecciones antes de finales de agosto de 2025.
El primer ministro ahora está bajo presión, tanto interna como externa, para favorecer una transición que ayude a detener la crisis aguda y la violencia desenfrenada que está asfixiando a los haitianos y ha desencadenado una migración casi sin precedentes. Haití está a la espera del despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad encabezada por Kenia y aprobada por las Naciones Unidas en octubre pasado.
A estas presiones se suma Guy Philippe, quien encabezó un golpe de Estado en Haití en 2004 y regresó a Puerto Príncipe el año pasado después de cumplir una condena en Estados Unidos. Este exjefe de policía golpista exigió el viernes la dimisión del Gobierno. «Debería dimitir», dijo Philippe en declaraciones a Reuters. «Creo que debería quedarse donde está ahora… y dejar que los haitianos decidan su destino».
