Tipos de cáncer de piel y síntomas importantes a conocer.
Hay tres tipos principales de cáncer de piel: carcinoma de células basales, carcinoma de células escamosas y melanoma Cada uno tiene características específicas y las diferencias están relacionadas con el origen celular, el potencial de metástasis y la agresividad.
Identificar los signos del cáncer de piel de forma temprana es importante para lograr un tratamiento más eficaz y una mayor probabilidad de curación. A continuación, se ofrecen detalles sobre cada uno de estos tres tipos de cáncer de piel.
Carcinoma de células basales
Es el tipo más común y menos agresivo. Suele aparecer como una pequeña lesión o nódulo perlado que puede sangrar. También puede aparecer como una mancha rojiza o una cicatriz con bordes irregulares.
Aunque crece lentamente, puede invadir los tejidos adyacentes si no se trata, provocando deformidades. Rara vez produce metástasis, es decir, se extiende a otras partes del cuerpo.
Carcinoma de células escamosas
Más agresivo que el tipo anterior, el carcinoma escamocelular aparece también con mayor frecuencia en zonas expuestas al sol, como la cara, las orejas, el cuello y las manos. Las lesiones suelen caracterizarse por nódulos o placas verrugosas que pueden sangrar.
Este tipo de cáncer tiene mayor probabilidad de propagarse a otros órganos, especialmente si no se trata a tiempo. La exposición crónica al sol y la presencia de heridas crónicas son factores de riesgo.
“El carcinoma de células escamosas, a su vez, suele manifestarse como una herida escamosa, una verruga o una placa escamosa y rojiza que no mejora”, añade Daniélle Amaro, oncóloga.
Melanoma
Se trata del tipo de cáncer de piel más peligroso, responsable de la mayoría de las muertes relacionadas con esta enfermedad. El melanoma puede surgir de un lunar ya existente o de uno nuevo que aparece en la piel. Estos lunares suelen tener bordes irregulares, crecen rápidamente y varían de color (negro, marrón, rojo o blanco).
Los médicos utilizan la regla ABCDE para identificar el melanoma:
- A- Asimetría
- B- Bordes irregulares
- C- Color – lunares con más de un color
- D- Diámetro mayor a 0,6 cm
- E- Evolución: lunares que van creciendo y cambiando. Además, debemos estar atentos a la aparición de lunares nuevos, sobre todo en personas mayores de 35 años.
Es un cáncer muy agresivo que puede hacer metástasis, es decir, propagarse rápidamente a otros órganos. Algunos factores de riesgo de este tipo de cáncer son los antecedentes familiares, las quemaduras solares intensas y la presencia de múltiples lunares.
Tratamiento
El éxito del tratamiento depende del tipo de cáncer y del estadio en el que se diagnostica. Las lesiones detectadas a tiempo tienen mayores posibilidades de curación, sobre todo en los casos de carcinoma basocelular y espinocelular.
“El carcinoma basocelular se trata habitualmente con cirugía, raspado de la lesión, electrocauterio, crioterapia o tratamientos tópicos. La radioterapia también puede ser una opción en algunos casos, especialmente en lesiones que sangran con frecuencia. El carcinoma escamocelular se trata de manera similar, siendo la cirugía la primera línea de defensa, y también puede incluir radioterapia y, en casos más avanzados, terapias sistémicas como quimioterapia, inmunoterapia y terapia dirigida”, explica Amaro.
El melanoma, por su agresividad, requiere un tratamiento más integral, que puede incluir cirugía, inmunoterapia, quimioterapia y radioterapia, dependiendo del estadio del cáncer.
La prevención es la mejor medicina
Según los expertos entrevistados por el informe de CNN Algunas acciones preventivas son esenciales para reducir el riesgo de cáncer de piel y por ello se recomiendan consultas periódicas con un dermatólogo para evaluaciones de la piel, especialmente en personas con mayor riesgo, como aquellas con antecedentes familiares de cáncer de piel o lunares múltiples.
Para prevenir el cáncer de piel es fundamental adoptar medidas de protección, como utilizar regularmente protector solar con factor de protección solar (FPS) 50 o superior y evitar la exposición al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando los rayos ultravioleta (UV) son más intensos.
Además, se recomienda utilizar ropa protectora, como sombreros, gafas de sol y ropa que cubra la piel, especialmente en el caso de profesionales que están expuestos al sol durante largos periodos de tiempo durante sus actividades laborales.
“Se debe evitar el uso de camas de bronceado artificial y realizar exámenes periódicos de la piel, tanto autoexámenes como consultas periódicas al dermatólogo para la detección precoz de lesiones sospechosas”, explica Amaro.
Además, las personas con piel, ojos y cabello claros, que tienen una menor cantidad de melanina (pigmento de la piel), son más vulnerables a la radiación UV.
