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Gena O’Kelly, su pareja desde 1998, sufrió una mala praxis en el tratamiento de su artritis en 2013, por lo que desde ese entonces el mítico actor de películas de acción decidió tomar una drástica, pero incuestionable, decisión: abandonó su carrera en Hollywood para ayudar al gran amor de su vida.

El propio Norris viene contando desde hace años lo que le sucedió a su esposa, de 58 y madre de dos de sus cinco hijos. «Le dieron una inyección previa a un escáner corporal. Fue en 2013, para comprobar las características de su artritis», reveló hace un tiempo. Lo cierto es que en ese procedimiento a O’Kelly le inyectaron gadolinio, un elemento químico altamente tóxico.

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«Le dañó el sistema nervioso, deteriorándole así los riñones y haciéndole perder habilidades. Siente que todo el cuerpo le quema», describió el actor sobre los padecimientos de su esposa. La pelea es en conjunto: la pareja lleva gastados casi dos millones de dólares en tratamientos médicos. Y no se quedan con los brazos cruzados: realizaron una demanda de 10 millones de esta misma moneda contra 11 compañías farmacéuticas por el uso de gadolinio.

Por todo esto, Norris decidió ponerle punto final a una carrera en el cine que comenzó hace más de 40 años. «He abandonado mi carrera cinematográfica para dedicar mi vida entera a mantener viva a Gena. Eso es lo más importante, que ella continúe con nosotros y que lo que le ha ocurrido no lo sufra nadie más», comentó el actor, según indicó el diario El País en 2019.

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Actualmente, Norris y O’Kelly pasan sus días en el rancho que tienen en el estado de Texas. ¿Arrepentimientos? Nada de eso. «Mi amor por ella es más fuerte que mi carrera, el dinero, cualquier otra cosa. Está enferma, sufre, y yo seré su custodio y su consuelo…», remarcó Norris.

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