El operativo se saldó con la muerte de un agente de la Policía, el oficial ayudante Martín Mendoza del grupo Lince, y un número aún desconocido de internos del penal. Además, numerosos uniformados y personas privadas de su libertad sufrieron heridas de diferentes tipos.
“Basta de descontrol”
“Hoy el Gobierno dijo ‘basta de privilegios, basta de complicidad y descontrol, pero por sobre todo basta a un modelo que convertía las cárceles en verdaderas escuelas del delito y el crimen”, dijo el presidente Peña, quien calificó la operación de hoy como “histórica y sin precedentes”.
“Por décadas y a sabiendas de todos, el penal de Tacumbú se convirtió en un centro desde donde operaban grupos criminales planeando asaltos y distribuyendo estupefacientes que envenenan a más de 90.000 jóvenes solo Asunción y el departamento Central, y a muchos más de todo el país”, señaló el mandatario.
Afirmó que la operación en Tacumbú, que involucró a alrededor de 1.500 policías y 1.000 efectivos de las Fuerzas Armadas, permitió desbaratar un esquema que permitía a grupos criminales seguir delinquiendo desde dentro de la penitenciaría, lo que se considera un problema que abarca a la mayor parte del sistema penitenciario de Paraguay.
La lucha “no va a ser fácil ni breve”
El presidente destacó también al fallecido suboficial ayudante Martín Mendoza, diciendo que “con mucho valor y sentido de deber nos dejó su ejemplo de determinación para seguir luchando con los grupos criminales”.
“Este gobierno está decidido a llevar adelante un modelo de trabajo para la reinserción (de las personas privadas de su libertad), y eso solo es posible descomprimiendo nuestras penitenciarías y limpiándolas de los elementos que las pudren”, reflexionó.
Predijo que “no va a ser una lucha fácil ni breve”, pero afirmó que su gobierno está determinado a “ir hasta el final para que las familias paraguayas vuelvan a sentirse seguras en su país”.