América Latina y el Caribe lideran la transición energética con un aumento del 51% en capacidad renovable, alcanzando el 64% de producción eléctrica. El BID destaca la necesidad de acelerar el ritmo para lograr emisiones netas cero para 2050. Esta reflexión se hizo en la Reunión Anual de Gobernadores del BID en Punta Cana.
Se plantea que los gobiernos no pueden afrontar solos el desafío de financiar nuevos proyectos en electromovilidad, desarrollo de redes de transmisión, hidrógeno verde y tecnologías de almacenamiento. Se estima que se necesitará duplicar la inversión en el sector eléctrico en América Latina, alcanzando los 60.000 millones de dólares al año.
El sector privado se presenta como el principal motor de estas nuevas inversiones, dada la limitada capacidad de endeudamiento de los gobiernos latinoamericanos. Es fundamental desarrollar marcos regulatorios que impulsen la transición y aceleren los procesos de licenciamiento que actualmente demoran los proyectos de energías limpias.
Gabriel Melguizo, presidente del Grupo ISA, enfatizó la importancia de la transmisión en la transición energética, señalando que los retrasos en proyectos de red están obstaculizando el avance. Son necesarios esfuerzos coordinados en este ámbito para lograr una transición efectiva y eficiente hacia energías renovables.
Alejandra Bernal-Guzmán, oficial de programas para América Latina de la Agencia de Energía, mencionó la importancia de cerrar brechas en el acceso a la electricidad, prevenir muertes por intoxicaciones y generar empleo en energías limpias como parte de la transformación. Además, se destaca la necesidad de posicionar a la región en el contexto global de la transición energética, impulsando el desarrollo de biocombustibles y minerales críticos.
El tercer desafío planteado es duplicar las inversiones en energías limpias y promover la eficiencia energética en la región. Expertos hacen hincapié en la urgencia de adoptar medidas para mejorar la eficiencia en edificios, transporte e industria, lo que llevaría a una reducción significativa del consumo energético. La región debe trabajar en conjunto para lograr una transición energética acelerada al 2030.
