Cuba: Balance de la crisis migratoria con pérdida poblacional

Cuba: Balance de la crisis migratoria con pérdida poblacional
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Las calles de Cuba parecen vacías. Decenas de vecinos de cualquier barrio cerraron sus puertas para siempre. Y las largas colas en el aeropuerto de La Habana para abordar un vuelo a Nicaragua se multiplican cada día. Desde hace algún tiempo se habla de una estampida, de una fiebre colectiva por escapar, para no ser el último espectador del colapso de un país. Hace casi tres años se decía que Cuba era escenario de la mayor ola migratoria de su historia y, aunque las autoridades no han publicado cifras oficiales sobre la población actual, una nuevo estudio revela el verdadero equilibrio del dramático éxodo en la Isla.

“Nunca había visto tanta gente emigrar como ahora”, dice la cubana Valia Rodríguez, de 43 años, desde La Habana. “Por supuesto que a cualquier cubano le gustaría irse. Por ejemplo, si tuviera los medios también me iría, porque en este país, con este Gobierno, no se puede vivir. Y diré más, si no hubiera tenido un hijo me hubiera ido hace mucho tiempo, porque la situación es insostenible”.

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Aunque está claro que la emigración a Cuba se ha disparado desde 2021, todos los anuarios o cifras oficiales del gobierno hablan de una población de poco más de once millones de cubanos viviendo en el país. Pero esta cifra es un hecho del pasado. El economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos reveló que entre 2022 y 2023 la población cubana cayó un 18%, lo que significa que actualmente viven en la isla 8,62 millones de cubanos.

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En entrevista con EL PAÍS, Albizu-Campos, investigador del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo, dijo que, en el A falta de datos oficiales actualizados, utilizó para su estudio los padrones electorales de las elecciones del 13 de febrero de 2013, que registran a personas de 16 años o más, y se basa en el último censo realizado en el país en 2012.El demógrafo explicó que si bien Los censos deben realizarse cada diez años, el siguiente en la isla fue pospuesto para 2025 debido a la actual crisis, tal como ocurrió durante el Período Especial. Fueron necesarios veinte años para que finalmente se realizara el censo en 2012. Para contabilizar la población de cero a 15 años, el investigador utilizó datos del Anuario Estadístico de Cuba.

Albizu-Campos sitúa la actual estampida del 1 de octubre de 2021, como un momento culminante de la actual ola migratoria, donde se ha multiplicado el número de encuentros de cubanos en la frontera entre México y Estados Unidos. El estudio también toma como referencia la cifra de 738.680 cubanos que entre octubre de 2021 y abril de 2024 llegaron a ese país tras recibir una visa de inmigrante, según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBPm, su sigla en inglés). «Eso no significa que la gente no se fuera antes», dice Albizu-Campos. “Pero a partir del 1 de octubre de 2021 los números empiezan a ser muy grandes en relación a lo que estaba pasando”.

De 2021 a la fecha, el éxodo migratorio cubano supera ampliamente la suma de los anteriores, como El Mariel en 1980 (125.000), la Crisis de Balseros en 1994 (34.500) y Boca de Camarioca en 1965 (alrededor de 5.000). ¿Qué pasó en 2021 para que miles de cubanos comenzaran a salir masivamente del país? Una acumulación de daños y malas decisiones: una economía que ya había comenzado a dar pasos de gigante hacia el colapso desde 2019; el balance de sanciones económicas que surgieron con la administración de Donald Trump; medidas económicas y políticas que hundieron aún más al país; una pandemia que, como el resto del mundo, obligó al cierre de fronteras y afectó directamente a un sector fundamental como es el turismo; una disminución de la ayuda de países como Venezuela o México; la creciente falta de medicamentos y el colapso del sistema sanitario. En general, un ambiente de inestabilidad y de fractura política que hizo que en 2021 también tuviera lugar la protesta ciudadana más grande de Cuba desde 1959. Esta situación no solo aceleró la salida de muchos, sino que demostró que no había esperanzas de nada mejor a corto plazo.

La emigración como alternativa es el único horizonte al que pueden aspirar en este momento muchos cubanos, que incluso venden sus casas para pagar un billete de ida. Se trata de una emigración sostenida que sólo entre 2022 y 2023, según estimaciones de Albizu-Campos, alcanzó la cifra de 1,79 millones de personas que abandonaron el país.

La confirmación del descenso demográfico en Cuba tuvo un impacto no pequeño. Varios días después de conocerse la alarmante cifra, el Gobierno aseguró que, aunque es necesario un censo para precisar las cifras, “la población de Cuba es actualmente de menos de 10 millones de habitantes y debería seguir disminuyendo”. Las provincias de La Habana, Cienfuegos y Mayabeque son donde se ha registrado el mayor descenso poblacional, fenómeno que, reconoció el propio Gobierno, repercutirá en “planes, programas, proyectos en los ámbitos demográfico, económico, social y ambiental”. Si las cifras continúan comportándose de la misma manera –junto con la suma de otros factores que influyen en el declive– la población de Cuba podría ser menos de seis millones para el año 2100, según proyecciones de un informe reciente de la ONU.

En 2013, bajo el mandato de Raúl Castro, los cubanos no sólo pudieron volver a alojarse en un hotel o vender sus casas particulares, sino que también ampliaron sus posibilidades de salir al extranjero. La reforma migratoria de ese año anuló la llamada “tarjeta blanca” o “carta de invitación”, y los cubanos pudieron comenzar a viajar con su pasaporte y visa aprobados por el país de destino. “Lo que está pasando ahora es que Cuba está produciendo un migrante por muchas puertas que sale regularmente. Antes de la reforma migratoria de 2013, la emigración estaba muy controlada, cuando se rompen esas limitaciones, la población descubre de repente que hay muchas puertas de salida”, afirma Albizu-Campos.

En 2021, miles de cubanos partieron hacia Ecuador cuando el gobierno de Rafael Correa eliminó las visas para los ciudadanos de la isla. Así, el país sudamericano se convirtió en la vía de escape para muchos que luego siguieron la ruta por Centroamérica hacia Estados Unidos. El corredor migratorio pasa por Nicaragua. Un informe del Diálogo Interamericano, un grupo de expertos con sede en Estados Unidos, asegura que un promedio mensual de 50 vuelos chárter viajaron desde La Habana a Managua entre enero y octubre de 2023, transportando a unas 100.000 personas que luego iniciaron su viaje hacia el norte. Las últimas cifras de la CBP hablan de 106.757 cubanos que, a finales de junio de 2024, llegaron legalmente al país a través de alguna frontera. A tres meses de finalizar el año fiscal, 180.925 cubanos ingresaron a Estados Unidos por diferentes vías, como visas, permisos humanitarios o llegadas irregulares por la frontera sur o navegando por el Estrecho de Florida.

Según la ONU, actualmente hay cubanos en 140 países del mundo. Estados Unidos encabeza la lista, seguido de España, Italia, México y Canadá. Albizu-Campos explica que, aunque Estados Unidos es en muchos casos el destino final, es muy difícil llegar directamente y miles de cubanos eligen otros países como destino principal. Según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), más de 8.800 cubanos solicitaron refugio en México entre enero y junio de este año. En 2023, alrededor de 4.000 cubanos solicitaron ayuda al Gobierno de Uruguay, según el Ministerio de Desarrollo Social.

Por su parte, la administración Biden ha tomado una serie de medidas para frenar la migración irregular al otorgar permiso humanitario a cubanos desde el año pasado. Pero también impuso medidas restrictivas a la concesión de asilo en la frontera y acordó con el Gobierno de Panamá detener los cruces por el Tapón del Darién. La verdad es que los cubanos siguen encontrando vías de escape a la actual crisis del país.

La situación es tan alarmante que hace unos meses un funcionario en La Habana reconoció públicamente que se trataba de la mayor estampida del país. La subdirectora general para Estados Unidos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Cuba, Johana Tablada de la Torre, responsabilizó en rueda de prensa a Washington del “aumento sin precedentes del actual flujo migratorio”, que calificó de “desproporcionado”. “Es, en esencia, la mayor ola migratoria en la historia de Cuba”, afirmó. En una entrevista reciente con PA-APEl primer coronel Mario Méndez Mayedo, jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior, aseguró que actualmente hay alrededor de tres millones de cubanos en el exterior.

Pero la emigración no es el único indicador preocupante para los demógrafos en Cuba. Albizu-Campos advierte de que también hay un «saldo negativo del crecimiento vegetativo» en un país donde en 2022 y 2023 hubo muchas más muertes que nacimientos. La propia Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) reconoció que se está produciendo un «envejecimiento demográfico acelerado», del 22,3% de la población total, y admitió que «desde 1977 no se ha vuelto a alcanzar el nivel de reemplazo poblacional». También aceptó que, además del saldo migratorio, hay una “tendencia decreciente” de la población debido a “la baja fecundidad, el saldo negativo entre natalidad y mortalidad”. El Gobierno estima que en 2024 el número de nacimientos será inferior a 80.000, la cifra más baja desde 1959.

Según Albizu-Campos, hay un ritmo de descenso de la natalidad que se ha mantenido en el tiempo, desde 2019 hasta la actualidad. «Existe una combinación del hecho de que la fertilidad está cayendo y el número de madres que dan a luz», dice. “La fertilidad en Cuba es el resultado de un proceso llamado transición de la fertilidad. Hubo cambios en el estatus femenino, principalmente a partir de 1959, donde la mujer pasó a ser el eje de los cambios y transformaciones que comenzaron a darse”, destaca.

Las mujeres también son las que más migran. Según datos de la ONU, 133 mujeres abandonan el país por cada 100 hombres, es decir, el 56% de la migración es femenina. “Hay un patrón que dice que cuando la emigración es irregular predominan los hombres. Cuando analizamos la crisis de los balseros de 1994, predominan los hombres. Lo que está pasando es que Cuba está produciendo un migrante por muchos puertos de salida regulares. Esta migración es más segura para las mujeres y hay muchas madres que se van. Se van las mujeres en edad reproductiva y eso repercute en el número de nacimientos”, afirma Albizu-Campos.

El demógrafo destaca que, si el 77% de las personas que emigran tienen entre 15 y 59 años, en Cuba “se ve el patrón de abuelos solteros con hijos solteros”. Es un fenómeno que llama Peter Pan al revés, en contraste con la llamada Operación Peter Pan de 1959, cuando llegaron a Estados Unidos 14.000 niños enviados por sus padres con la promesa de reunirse más tarde, por miedo a lo que pudiera pasar. . podría llegar con el triunfo de la Revolución. “Los padres jóvenes tienden a emigrar solos, porque viajarán a través de corredores migratorios complejos”, afirma. “Antes quienes querían emigrar enviaban primero a sus hijos. Ahora es todo lo contrario, la gente emigra y deja a sus hijos atrás”, afirmó el investigador.

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