Al menos 14 muertos por inundaciones y deslizamientos de tierra en Filipinas
Una tormenta provocó deslizamientos de tierra y lluvias torrenciales que inundaron muchas zonas del norte de Filipinas durante la noche del lunes, dejando al menos 14 muertos y obligando a las autoridades a suspender clases y trabajos gubernamentales en la densamente poblada región de la capital.
La tormenta tropical Yagi azotó la ciudad de Casigurán, en la provincia nororiental de Aurora, el lunes por la tarde y ganó fuerza con vientos sostenidos de 85 km/h y ráfagas de 105 km/h, según el departamento meteorológico.
La tormenta, llamada localmente Enteng, ganó velocidad y se desplazaba hacia el noroeste a 20 km/h hacia las provincias más septentrionales del país. Se pronosticó que se fortalecería aún más, posiblemente convirtiéndose en un tifón, antes de alejarse hacia el sur de China en los próximos dos días, dijo la oficina meteorológica.
Al menos 14 personas murieron, principalmente por deslizamientos de tierra y ahogamientos, dijeron las autoridades.
Un deslizamiento de tierra afectó el lunes a dos pequeñas chozas en una ladera de la ciudad de Antipolo, en la provincia de Rizal, al oeste de la capital, matando al menos a tres personas, incluida una mujer embarazada. Otros cuatro residentes se ahogaron en arroyos crecidos, dijo por teléfono a The Associated Press Enrilito Bernardo Jr., oficial de mitigación de desastres de Antipolo.
«Los arroyos se desbordaron y parte del talud cedió por las fuertes lluvias», dijo Bernardo.
Los deslizamientos de tierra y las inundaciones se cobran vidas en toda la región
Cuatro residentes murieron en distintos deslizamientos de tierra en la ciudad central de Cebú y en la provincia de Samar del Norte. Otras tres personas murieron en la ciudad oriental de Naga: dos por ahogamiento y uno por electrocución, dijeron las autoridades.
Se emitieron advertencias de tormenta en una gran franja de Luzón, la región más poblada del país, incluida Metro Manila, donde las escuelas de todos los niveles y la mayoría de las obras gubernamentales fueron suspendidas debido a la tormenta.
A lo largo de las concurridas orillas del río Marikina, en las afueras del este de la capital, sonó una sirena por la mañana para alertar a miles de residentes para que se prepararan para evacuar si las aguas del río continuaban subiendo y desbordándose debido a las fuertes lluvias.
En las provincias de Cavite, al sur de Manila, y Samar del Norte, en la región central del país, agentes de la guardia costera utilizaron botes neumáticos y cuerdas para rescatar y evacuar a decenas de residentes que fueron tragados por inundaciones que les llegaban hasta la cintura, dijo la guardia costera.
Tormenta provoca colisión de barcos
Los viajes marítimos se suspendieron temporalmente en varios puertos afectados por la tormenta, dejando varados a más de 3.300 pasajeros de ferry y trabajadores de carga, y varios vuelos nacionales fueron suspendidos debido al clima tormentoso.
Un buque escuela, M/V Kamilla, que se encontraba fondeado en el puerto capitalino de Navotas, fue impactado por otro buque que se salió de control debido al fuerte oleaje. El puente del Kamilla resultó dañado y luego se incendió, lo que provocó que sus 18 cadetes y tripulación abandonaran el barco, dijo la guardia costera filipina.
Un remolcador que pasaba rescató a 17 de los que abandonaron el barco y uno de ellos nadó hasta un lugar seguro, dijo la guardia costera.
Las lluvias torrenciales también provocaron que el agua subiera hasta un nivel cercano al desbordamiento en la presa de Ipo, en la provincia de Bulacan, al norte de Manila, lo que llevó a las autoridades a programar la liberación de una cantidad mínima de agua para más tarde el lunes, lo que, según dijeron, no pondría en riesgo a las aldeas río abajo.
Alrededor de 20 tifones y tormentas azotan Filipinas cada año.
El archipiélago se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una región a lo largo de la mayor parte del Océano Pacífico donde se producen muchas erupciones volcánicas y terremotos, lo que convierte al país del sudeste asiático en uno de los más propensos a sufrir desastres del mundo.
En 2013, el tifón Haiyan, uno de los ciclones tropicales más fuertes registrados en el mundo, dejó más de 7.300 personas muertas o desaparecidas, arrasó pueblos enteros, arrastró barcos tierra adentro y desplazó a más de cinco millones de personas en el centro de Filipinas.
