El plan “hambre cero” en las escuelas que impulsa el gobierno de Santiago Peña (ANR-HC) administrará mucho más dinero que el Fonacide, programa sobre el cual hubo denuncias por millonarias “tragadas” durante años. No existen garantías de que no ocurra lo mismo con este nuevo proyecto, dicen.
En ese sentido, la jefa de Gabinete Civil de la presidencia, Lea Giménez, dijo ayer que los fondos que se necesitan para el plan “Hambre Cero” llegan a unos US$ 300 millones.
Con este nuevo plan, en la que se incorpora la figura del Fondo Nacional de Alimentación Escolar (Fonae), el 100% de estos recursos se destinará a cubrir almuerzo y merienda escolar.
Sin garantías de control
Fuera de competencia
Con este veto, las instituciones públicas pueden seguir eludiendo a la Contraloría y presentar sus informes de gastos al Tribunal de Cuentas y no a la CGR.
Coincidentemente, en el Tribunal de Cuentas de la Capital fue electo como miembro César Diesel Marín, hijo del actual presidente de la Corte, César Diesel.
Según el Contralor Benítez, es necesario que la ley de “hambre cero” deje bien establecido que sea la Contraloría la institución encargada de hacer las auditorías o recibir los informes de las entidades que participan del proyecto.
Faltan ajustes, dice Contralor
“Desarrollar una plataforma para hacer controles concurrentes, en tiempo real y que se tenga un equipo de auditores en terreno” dijo Benítez.