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Este miércoles, en horas de la tarde los organismos de seguridad de la frontera se movilizaron tras el hallazgo entre las casillas de la Línea Internacional, lado brasileño, de una caja de cartón conteniendo lo que en un primer momento se describió como “un cuero cabelludo” humano y hasta se habló de “un pedazo de dedo”.

Sin embargo, tras la convocatoria de peritos de la Policía Civil y de la Policía Nacional para identificar de que se trataban los “restos”, los familiares de un comerciante recientemente asesinado aclararon que lo encontrado era una peluca o implante, que el ahora difunto usaba y que se desprendió con los disparos que recibió en la cabeza.

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Todo comenzó al promediar la tarde de ayer miércoles cuando comerciantes establecidos en las casillas ubicada en la Línea Internacional alertaron a la prensa sobre una caja de cartón de la que aparentemente salía sangre.

Al ser revisada apareció algo que en un primer momento dio la impresión de tratarse de un pedazo de “cuero cabelludo humano” ensangrentado y hasta se llegó a mencionar otros “restos” de similar origen, como un supuesto “pedazo de dedo”.

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El inusitado hallazgo- que levantó una serie de fantasiosas conjeturas- atrajo al lugar a los medios de prensa y poco después unidades de organismos de seguridad de la frontera (Policía Civil, PM, Federal y de la GCMFron brasileñas y de la Policía Nacional paraguaya llegaron al lugar para tratar de identificar de que se trataba en realidad lo que había dentro de la caja.

El propio secretario de Seguridad Pública de Ponta Porá, abogado Marcelino Nunes de Oliveira confirmó la versión y mencionó que – para intentar confirmar si eran o no se restos humanos, se había convocado a peritos forenses de la Policía Civil.

Sin embargo, el insólito episodio se aclaró cuando familiares del asesinado comerciante Pablo Ricardo “Topo” Torres Morel de 32 años, asesinado el lunes último en su casilla-  número 98 – en horas de la noche, confirmaron que lo que encontrado era un implante capilar o peluca que se desprendió de la cabeza del malogrado trabajador al ser baleado.

Posterior al crimen, al hacerse la limpieza en el lugar del crimen, la peluca- efectivamente ensangrentada- fue puesta con otros residuos- en una caja de cartón y tirada en las inmediaciones, donde finalmente fue encontrada.

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