El Fraser Institute ha publicado el índice de Libertad Económica del Mundo 2025, que evalúa el grado de libertad económica en 165 jurisdicciones, destacando la capacidad de las personas para tomar decisiones económicas sin restricciones. El índice se basa en cinco áreas principales: tamaño del gobierno, sistema legal y derechos de propiedad, estabilidad monetaria, libertad de comercio internacional y regulación.
Cada área se construye con componentes y variables específicas, totalizando 45 indicadores que se valúan de 0 a 10. Esto permite evaluar la fuerza institucional, el respeto a la propiedad privada, la apertura comercial y la estabilidad monetaria. La puntuación media de las cinco áreas proporciona la calificación final de cada país, convirtiendo al índice en una herramienta internacional para medir el entorno económico y la calidad institucional.
El reporte más reciente posiciona a Hong Kong y Singapur en los primeros lugares del ranking mundial por su apertura comercial y estabilidad institucional. Nueva Zelanda, Suiza y Estados Unidos completan las cinco economías mejor clasificadas.
En contraste, países desarrollados como España (22º), Italia (47º) y Noruega (48º) están más atrás, evidenciando diferencias en políticas públicas y marcos regulatorios.
En América Latina, Paraguay ocupa el puesto 60 a nivel mundial, superando a Brasil (87º), Argentina (159º) y Venezuela (165º), pero detrás de Costa Rica (14º), Chile (26º), Panamá (27º) y Perú (51º).
El contraste con sus socios del Mercosur es notable: mientras Paraguay mantiene una posición moderada, Brasil enfrenta desafíos estructurales y Argentina y Venezuela figuran entre los últimos, lo que otorga a Paraguay la oportunidad de diferenciarse si avanza en reformas centradas en la independencia judicial, reducción de burocracia y claridad en las reglas para el sector privado.
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El estudio subraya que los países con mayor libertad económica presentan mejores condiciones de vida. Al comparar al 25% más libre con el 25% menos libre, se observan diferencias destacadas en aspectos sociales y económicos.
Los ingresos en las economías más libres son 6,2 veces superiores, y el 10% más pobre gana 7,8 veces más que en los países menos abiertos. Además, las personas trabajan siete horas menos por semana, reflejando un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal.
La expectativa de vida es 17 años mayor y la mortalidad infantil menor. Además, hay mayores niveles de satisfacción personal, gobiernos menos corruptos y entornos más limpios.
Según Fraser, un entorno institucional abierto no solo fomenta el crecimiento económico, sino que también mejora el bienestar y los indicadores de desarrollo humano.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones
