Según los afectados, los delincuentes actúan con total impunidad, incluso a plena luz del día, ingresando sin temor a las viviendas cuando los propietarios se encuentran en sus trabajos. La situación genera un clima de desesperación e inseguridad entre las familias del barrio.
La droga, raíz del problema
“Ya no sabemos qué hacer. Algunos instalaron cámaras, pero ni eso los detiene”, lamentó uno de los pobladores. Agregó que salir a trabajar cada día se ha convertido en un suplicio, porque no saben con qué se van a encontrar al regresar a sus hogares.
