Este mes, el Foro Cavialpa 2025 reunió en Asunción a líderes del sector público y privado para discutir los avances y desafíos en infraestructura. Uno de los temas fue el Corredor Vial Bioceánico, planeado como un eje crucial para el desarrollo del Cono Sur.
La ministra de Obras Públicas y Comunicaciones, Claudia Centurión, destacó que el Corredor Bioceánico es un ejemplo claro de planificación a largo plazo y un acuerdo nacional para construir obras estratégicas que trascienden gobiernos.
Recordó que el proyecto se inició hace veinte años y está avanzando en varias áreas: “Hemos completado el primer tramo de Carmelo Peralta a las colonias del Chaco central y estamos ejecutando el tercer tramo, de Mariscal Estigarribia a Pozo Hondo, con un 20% de avance. También, el puente entre Murtinho y Carmelo Peralta está al 80%”.
En el encuentro se habló sobre la Ruta Bioceánica, una obra clave para el desarrollo.
Brasil y Argentina han asegurado financiamiento para las obras adicionales, y Centurión subrayó la importancia comercial del corredor: “Nos abre a los mercados asiáticos claves; Brasil comercia con esa región por 90 mil millones de dólares anuales, y gran parte de ese tránsito pasará por nuestro territorio”.
La ministra afirmó que ahora el desafío es “gestionar con reglas claras y una identidad unificada desde Brasil hasta el Pacífico” para que el corredor se convierta en un símbolo de integración regional.
Alonso Chaverri-Suárez, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Paraguay, señaló que la obra transformará una región históricamente marginada en un área conectada y competitiva. El BID financia el tramo dos, beneficiando a unas 28,700 personas, incluidas comunidades indígenas. “Se reducirá el tiempo de viaje hasta un 26% y los costos logísticos en un 6%, impactando directamente en la competitividad agropecuaria”, explicó.
Además, están introduciendo innovaciones ambientales y sociales como pasos de fauna, etnoingeniería, y señalización bilingüe. “Queremos que esta ruta sea un modelo de sostenibilidad e inclusión”, añadió.
El presidente de Cavialpa, Paul Sarubbi, remarcó que la Bioceánica es “un ejemplo de política de Estado” y resaltó la necesidad de previsibilidad en los proyectos de infraestructura: “Este corredor no es solo una carretera, es una inversión estratégica que transformará el país”.
El empresario sugirió aprovechar el potencial logístico e industrial de la obra, empleando herramientas como concesiones o asociaciones público-privadas para futuros financiamientos.
En cuanto a la gestión de infraestructura, desde Uruguay, el exministro José Luis Falero compartió que aceleraron sus procesos con el modelo CREMAF, reduciendo tiempos y permitiendo inversiones significativas. Propuso considerar el cobro por uso mediante telepeaje como herramienta de financiamiento sin incrementar la deuda pública.
Finalmente, Pablo Muñoz, representante del Consejo de Políticas de Infraestructura de Chile, enfatizó la importancia de la eficiencia y digitalización. Propuso una ventanilla única digital y homologar procedimientos fronterizos para reducir hasta un 7% los costos logísticos.
El panel concluyó que la Ruta Bioceánica es una iniciativa regional crucial para la competitividad y la integración. Con más de US$ 1.000 millones ya invertidos, el desafío es mantener el ritmo y convertir el Chaco paraguayo en un nuevo polo logístico y productivo del Cono Sur.