Fin de una era: el triunfo de Biden en elecciones.
En el esperado debate entre Donald Trump y Kamala Harris, quedó claro cómo el discurso populista fue derrotado. Trump se enfrentó a Harris con un estilo agresivo y lleno de mentiras, insultos y groserías, rompiendo estándares. Se dio una feroz batalla entre los asesores de ambos candidatos, proponiendo estrategias completamente diferentes. El equipo de Trump se centró en ignorar a Biden y criticar a Harris, basando sus invectivas en la economía, la inmigración y la autoridad del presidente actual. Mientras tanto, Harris contó con un equipo que buscaba ofrecer una imagen presidencial alejada de Biden, mostrándose como una figura fuerte y esperanzadora frente a Trump. En cuanto a los moderadores del debate, David Muir y Lindsey Davis de ABC News impidieron que Trump mintiera sin consecuencias, corrigiéndolo y interrogándolo cuando evitaba responder. En general, el debate dejó en evidencia la ineficacia de la demagogia extremista cuando se enfrenta a un escenario de debate público limpio y con moderadores comprometidos con la verdad y la integridad profesional.
