España enfrenta desafíos en natación rumbo a Juegos Olímpicos París
La natación española defraudó en París al igual que en Pekín 2008. La selección solo alcanzó dos finales y estuvo lejos del podio. La preparación dirigida por el británico Sean Kelly no dio frutos. Expertos como Fred Vergnoux fueron despedidos y el proyecto no cumplió las expectativas en los Juegos de Tokio ni en París.
En la capital francesa, España compitió en siete finales, con nadadores como Hugo González, Carmen Weiler, África Zamorano, Jessica Vall y otros. Pero la delegación no logró mejorar sus marcas personales, con solo una atleta logrando la hazaña. La preparación del equipo, basada en la mejora individual, no rindió los resultados esperados en la competencia internacional.
El desempeño en París refleja el fracaso del plan de renovación liderado por Kelly, con la promesa de cosechar frutos en los Juegos Olímpicos. Los resultados fueron peores que en Tokio, con menos finales alcanzadas y tiempos más bajos registrados. La frustración de los nadadores españoles fue evidente, reflejando la falta de cumplimiento de las expectativas previas.
El entrenador Kelly había expresado la importancia de que sus nadadores superaran sus marcas personales, pero en París solo una atleta logró hacerlo. El proyecto de renovación de la natación española, con el despido de expertos y la adopción de un modelo británico, no logró los resultados esperados en las competiciones internacionales. La falta de mejora en los tiempos y resultados en París refleja la insatisfacción de la delegación.
La decepción en París revela la necesidad de replantear el enfoque de preparación y renovación del equipo de natación español. Con resultados por debajo de las expectativas y la frustración de los atletas, se hace evidente la necesidad de revisar y ajustar el modelo de entrenamiento implementado. La falta de medallas y la decepción en el desempeño en las olimpiadas reflejan la urgencia de cambios en la estrategia deportiva de la natación española.
