El líder religioso que transformó a Hezbollah en política.
El líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, fue asesinado por el ejército israelí en un bombardeo en las afueras de Beirut. Nasrallah era considerado un símbolo para los chiítas y un terrorista para Occidente.
Nasrallah nació en un barrio marginal de Beirut y creció en una ciudad chií en el sur del Líbano. Su lucha contra la ocupación israelí lo llevó a unirse a Hezbollah y a establecer su liderazgo en la organización.
El clérigo se formó en centros espirituales chiítas en Irak e Irán, lo que moldeó su pensamiento y su devoción por la doctrina de velayat y jurisprudencia. En 1982 se unió a Hezbollah y en 1992 fue nombrado secretario general.
Nasrallah fue reconocido por sus seguidores como un líder que derrotó a Israel en el campo de batalla. Su retrato es venerado en hogares chiítas y fue considerado un héroe por muchos. Sin embargo, Estados Unidos e Israel lo vieron como un líder terrorista.
El clérigo fue asesinado por Israel en un bombardeo en represalia por los ataques de Hezbolá a territorios en disputa. Su muerte desató una escalada de violencia que dejó cientos de muertos en ambos bandos.
Nasrallah fue un líder pragmático, capaz de anteponer los intereses de su grupo a sus ideales. Su apoyo al régimen sirio de Assad y su papel en conflictos regionales generaron polémica y división en la región.
A pesar de sus contradicciones y controversias, Nasrallah era visto por muchos en Medio Oriente como un defensor de los oprimidos y de la causa palestina. Su muerte deja un vacío en la escena política de la región y marca el fin de una era para Hezbollah.
El legado de Nasrallah como líder de Hezbollah será recordado tanto por sus seguidores como por sus detractores. Su muerte pone fin a una etapa de conflicto y desafíos en la región, dejando un panorama incierto para el futuro.
