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El impacto histórico y cultural de los jesuitas en la sociedad.

Los misioneros jesuitas heredaron un patrimonio rico en historia de la religiosidad y en lo cultural. Es obligación del Estado paraguayo invertir en el mantenimiento de las ruinas y museos que se conservan. El padre Alberto Luna hace un resumen y una reflexión sobre las reducciones tras la III Cumbre de Autoridades de la Región de los 30 Pueblos Jesuíticos, en San Ignacio.

Los tres primeros jesuitas llegaron en 1588 y después un grupo mayor pisó tierra guaraní entre los años 1604 y 1609. En esa época abrieron el colegio de los Jesuitas en Asunción y comenzaron las misiones entre los guaraníes y también fundaron San Ignacio. Sin embargo, mucho antes ya había otras misiones en la zona del Mbaracayú, mencionó. El padre Luna relató que en el año 1607, con la creación de la provincia del Paraguay, se iniciaron las formaciones de las reducciones de indígenas y desde ahí comenzó esta propuesta de trabajo de los jesuitas en nuestra zona. Este proyecto de las reducciones abarcó desde 1609 hasta 1768, más de 150 años, subrayó. El fin de una época. “Cuando hablamos de las reducciones jesuíticas en el pueblo guaraní estamos hablando de la época de la Corona española, precisó el religioso. Conservación del patrimonio histórico heredado Con relación a la injerencia del Gobierno nacional para el mantenimiento de las herencias que dejaron los jesuitas “podemos decir que, en su tiempo, la ministra Liz Cramer realizó un trabajo de recuperación, principalmente de las reducciones de San Cosme, Jesús y Trinidad, estableciendo un circuito para que los turistas puedan hacer un buen recorrido.

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