En los últimos cuatro años, el país enfrentó sequías prolongadas que llevaron a muchos productores a ajustar sus sistemas productivos. A menudo, tuvieron que adquirir alimentos suplementarios para mantener la productividad de los rebaños ante la falta de forraje.
Este contexto incrementó la demanda de heno, sales minerales y balanceados. La escasez de agua hizo que varios ganaderos trasladaran sus animales o vendieran vientres improductivos, reduciendo el hato nacional en cerca de 400,000 cabezas.
Los datos oficiales indican que el número de terneros destetados también cayó, aunque menos que el total del ganado. Esto sugiere que la tasa de destete se mantuvo o mejoró, mostrando que los productores lograron mantener la eficiencia reproductiva a pesar de las difíciles condiciones climáticas.
Se estima que la tasa de destete alcanzó alrededor del 52%, tres puntos por encima del promedio 2016-2020. Sin embargo, el total de terneros en 2024 y 2025 podría reducirse a 2.6 millones, afectando el volumen de faena proyectado para 2026.
Tras años de sequía, el retorno de las lluvias en 2025 permitió una recuperación significativa de las pasturas, mejorando la disponibilidad de forraje en el país. La demanda externa mantuvo precios firmes para la hacienda, generando optimismo entre los productores.
Como resultado, la oferta de ganado, especialmente de hembras, se redujo, ya que muchos establecimientos priorizaron reconstituir el hato. Este proceso inicia una nueva fase de estabilidad productiva.
El USDA destaca que, aunque hay menos explotaciones, la actividad muestra mayor concentración y eficiencia, especialmente en lugares con mejores prácticas de manejo.
Según el Senacsa, el hato bovino de Paraguay en 2025 era de 12.83 millones de cabezas en 116,000 explotaciones, con el 89% en la región Oriental y el 11% en la Occidental. En la última década, el rodeo nacional disminuyó un 10%, y las explotaciones ganaderas un 23%, especialmente en la Oriental debido a la expansión agrícola.
A pesar de las menores vacas, se anticipa un aumento en terneros nacidos en 2026, gracias a lluvias que mejoraron las condiciones del rodeo. En 2025, se proyecta el sacrificio de aproximadamente 2.6 millones de bovinos, un 6% más interanual, impulsado por altos precios del ganado que motivaron más ventas a frigoríficos.
Para finales de 2025, Paraguay contará con 12 plantas frigoríficas para exportación, con capacidad para 3 millones de cabezas anuales y 120 mataderos de menor escala para el mercado interno.
Para 2026, se estima una reducción en la producción de carne bovina a 590,000 toneladas, una caída del 8% respecto a 2025, debido a la menor disponibilidad de ganado para faena y altos precios que podrían incentivar la retención de animales.
Las exportaciones de carne en 2026 se prevén en 490,000 toneladas, un 6% menos que en 2025, por la baja producción nacional. Chile seguirá siendo el principal destino, aunque se espera que Brasil intensifique su competencia debido a aranceles más altos en EEUU.
El mercado estadounidense podría ser el segundo o tercer destino más importante para la carne paraguaya en 2026, con demanda firme por la menor oferta de EEUU y tensiones comerciales entre EEUU y Brasil.
Paraguay exporta carne a EEUU bajo una cuota general sin contingente exclusivo, pero un arancel preferencial permite 64,000 toneladas al año. Un nuevo arancel del 10% de EEUU impacta a Paraguay, pero las exportaciones brasileñas podrían reducirse, abriendo oportunidades para Paraguay.
El sector ganadero de Paraguay se recupera tras sequías y ajustes. La mejora forrajera y los precios internacionales crean un escenario dinámico para el comercio cárnico. La eficiencia reproductiva y la diversificación de mercados serán claves para consolidar la competitividad a futuro.
*Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.