El 18 de enero de 2024 marca el quinto aniversario del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años hijo de inmigrantes paraguayos, quien fue atacado fatalmente por un grupo de rugbiers en Villa Gesell, Argentina. El caso, que conmocionó a dos países, se convirtió en un símbolo de la lucha contra la violencia juvenil.
La tragedia se desarrolló en la madrugada del 18 de enero de 2020, cuando un incidente menor dentro del boliche “Le Brique” desencadenó una secuencia fatal. Entre las 04:32 y 04:41 horas, Fernando fue emboscado y brutalmente golpeado en la vereda del local, falleciendo poco después debido a la gravedad de sus lesiones.
La investigación, aunque retrasada por la pandemia de COVID-19, culminó en un histórico juicio en 2023. El tribunal dictó sentencias ejemplares: cadena perpetua para cinco de los agresores como coautores del asesinato, mientras que otros tres recibieron penas de 15 años como partícipes secundarios.
Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi fueron condenados a prisión perpetua, mientras que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron sentencias menores. La Fiscalía demostró que el ataque fue premeditado y ejecutado con alevosía.
Los padres de Fernando, Graciela y Silvino, transformaron su dolor en una incansable lucha por la justicia y contra la violencia. Sus esfuerzos no solo mantuvieron viva la memoria de su hijo sino que también generaron un movimiento social que exige cambios en la prevención de la violencia juvenil.
El caso Báez Sosa ha dejado una marca indeleble en la sociedad argentino-paraguaya, convirtiéndose en un precedente judicial importante y en un llamado a la reflexión sobre la violencia juvenil y sus consecuencias. La condena a los responsables marca un hito en la lucha contra la impunidad.
Fuente: RDN