Los desechos fueron trasladados desde la localidad de Mainumby, donde los vecinos acusan al jefe comunal de haber ordenado el vertido de basura días atrás.
Con micrófonos en mano, los manifestantes expresaron sus quejas, acusando directamente a Filippi de ser «corrupto» y de poner en peligro los recursos naturales de la zona.
«Señor basurero José Filippi Vera, aquí le devolvemos su basura que mandó a tirar en los humedales, contaminando nuestros ríos y sin pensar en el futuro de nuestros hijos», exclamó una vocera durante la manifestación.
Los ciudadanos pidieron a los policías en el lugar que se apartaran, aclarando que la protesta no era contra ellos, sino contra las decisiones de las autoridades municipales.
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Un conflicto de larga data
Este conflicto se remonta a 2024, cuando la empresa El Farol S.A., que controla la recolección de basura en Asunción y Central, intentó abrir un depósito de desechos en los humedales de Arroyos y Esteros.
Representada por José Fernando Vega, Adelaida Cañete Ojeda, Gonzalo Eduardo Enjunto, Ángel Gómez Rivarola y Hans Herman Staseek, la empresa ha expandido su influencia a otras regiones en la última década. Esta iniciativa generó un fuerte rechazo de la comunidad.
La situación se complicó más a principios de este año cuando se confirmó que la Municipalidad, con el apoyo del gobernador Denis Lichi (ANR) y del intendente Filippi Vera, promovía la construcción de un vertedero en Mainumby, a solo 1.400 metros del río Piribebuy.
Vecinos, agricultores de caña y concejales denunciaron que el proyecto pone en riesgo la biodiversidad, el agua y la producción de caña de azúcar orgánica, una actividad clave en la región.
En febrero, las protestas alcanzaron su punto máximo cuando un grupo de vecinos ocupó la Municipalidad, y nueve concejales apoyaron las demandas, logrando la revocación de la decisión que permitía el vertedero.
Paralelamente, se presentó una acción de amparo constitucional, alegando que el proyecto fue aprobado sin consulta pública ni estudios de impacto ambiental.
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Creciente desconfianza ciudadana
Lo sucedido el lunes destaca la falta de confianza hacia las autoridades locales. En lugar de atender las demandas ambientales y sociales, el intendente Filippi es acusado de repetir acciones que la comunidad ya había rechazado, como el vertido irregular de basura en áreas frágiles.
La protesta demuestra que en Arroyos y Esteros, los ciudadanos están decididos a proteger sus recursos naturales, incluso enfrentándose a las instituciones locales. La devolución pública de desechos fue un acto simbólico de resistencia y una advertencia: la comunidad no permitirá que sus humedales y su agricultura sean sacrificados por intereses empresariales o políticos.
En el pasado, cuando los residentes ocuparon la Municipalidad en enero, el intendente José Filippi Vera (ANR) negó responsabilidad, diciendo que la zona destinada al vertedero no era de riesgo, tratando de minimizar las preocupaciones ante el proyecto controversial.
Nuevamente se intentó contactar a Filippi para discutir la situación actual, pero no respondió. También se intentó hablar con el gobernador Denis Lichi (ANR), sin obtener respuesta.
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