La ANDE planea aumentar en un 9,4% el presupuesto para adquirir energía de las binacionales Itaipú y Yacyretá en 2025, pasando de G. 6,28 billones a G. 6,87 billones (US$ 853 millones) el próximo año. La mayor parte del presupuesto será para Itaipú, con US$ 725 millones, y Yacyretá, con US$ 128 millones. Félix Sosa, presidente de la ANDE, explicó que el gasto en dólares representa el 79% del presupuesto, principalmente debido a la compra de energía y contratos en moneda extranjera.
El presupuesto total de la ANDE para 2026 es de US$ 1.988 millones, similar al actual, con ingresos que provienen principalmente de la venta de energía (US$ 1.419 millones) y otros aportes como dividendos, resarcimientos, recuperación de deudas y donaciones. Además, recibirán préstamos de organismos internacionales por US$ 307 millones.
El 80% de los recursos de la ANDE provienen de fondos propios, complementados con créditos y donaciones externas. Félix Sosa resaltó que la compra de energía es el principal gasto, mientras que servicios personales y no personales representan un porcentaje menor.
Sobre la recaudación en dólares, el 43% proviene de la venta de energía a empresas de criptominería. Los préstamos externos se distribuyen entre diversas entidades financieras como el BID, la CAF y otros bancos multilaterales.
El servicio de deuda alcanzará US$ 206 millones en 2026, un 14,5% más que en 2025, debido a préstamos desde 2009 para infraestructura eléctrica.
Durante su presentación ante la Comisión Bicameral, Félix Sosa respondió a preocupaciones sobre la situación financiera de la ANDE y cortes de luz, que fueron motivo de queja por parte de los legisladores. A pesar de las inversiones, la senadora Celeste Amarilla criticó los cortes de energía. Asimismo, el diputado Raúl Benítez señaló una disminución en la inversión física y un aumento en el servicio de deuda.
Sosa explicó que el consumo de energía creció un 18% el año pasado, superando el promedio histórico, y mencionó limitaciones financieras debido a que las tarifas son más políticas que técnicas, obligando a financiar obras con préstamos. Reconoció que las necesidades de inversión física son altas, pero las inversiones ejecutadas son menores, con una meta de alcanzar US$ 350 millones en 2025.
