Hasta finales del año pasado, el índice DXY del dólar estadounidense, también conocido como «Dixie», mostró que la moneda norteamericana se mantuvo fuerte frente a principales monedas del mundo, como el euro, el yen, la libra esterlina, el dólar canadiense, la corona sueca y el franco suizo.
Esto se combinó con la incertidumbre y el anuncio de la administración de Donald Trump sobre posibles aumentos en las tarifas de la política monetaria estadounidense a través de la Reserva Federal (FED).
Estos factores impulsaron la apreciación del dólar y la depreciación de otras monedas en 2024, explicó Miguel Mora, del directorio del BCP. Sin embargo, como las tasas de la FED no aumentaron, esto debilitó la economía estadounidense y estancó su política monetaria en cierto nivel, detalló.
«A partir de febrero, el dólar empezó a perder valor con respecto a otras monedas internacionales, y también en la región se notó este efecto. Sin embargo, en Paraguay, mientras las monedas regionales ganaban valor, el dólar aumentaba», mencionó.
En Paraguay, el aumento del dólar, en un contexto de devaluación global, se debió también a la caída de precios de la soja, que continuó en 2025.
El bajo precio de la soja, sumado a la baja producción por sequía, llevó a un menor ingreso de dólares en Paraguay, haciendo que el dólar llegue a cotizar al final del año pasado entre G. 8.300 y G. 8.500.
Cuando se observó un crecimiento económico del 5,9%, con reservas altas, inflación controlada y un compromiso fiscal, Paraguay percibía una situación diferente a la región. Mientras la región se apreciaba un 5% o 6%, el DXY perdía casi un 7%.
Estas condiciones hicieron que Paraguay fortaleciera su mercado, rompiendo la expectativa de una depreciación del guaraní, y en julio, la moneda local empezó a apreciarse, al igual que las monedas regionales.
México, por ejemplo, se ha apreciado casi un 11%, Uruguay un 8%, Perú un 6%, Brasil un 14%, y Paraguay también está en esa tendencia con una apreciación del 8% o 9% este año, señaló Mora.
Sin embargo, cuando el dólar subió, los importadores aumentaron precios, pero con la depreciación del dólar, no se ha visto una reducción en los precios, lo que genera críticas.
Un cambio notable es que la gente ya no ve al dólar como un refugio de valor, debido a la incertidumbre, recurriendo a otras monedas o activos como el oro, lo cual debilita el dólar.
Es importante usar instrumentos como los forwards, que permiten anticipar el valor del dólar, especialmente para importadores y exportadores.
En 2003 sucedió algo similar cuando el dólar llegó a G. 8.000 o G. 8.500 debido a políticas en EE. UU. que redujeron tasas de interés, llevando al dólar de G. 7.500 a niveles de hasta G. 4.500. Aunque el escenario no es idéntico, es comparable.
