En el estudio de los ingresos familiares en Paraguay entre 2022 y 2024, se nota un incremento constante en los ingresos promedio, tanto en cifras absolutas como en términos relativos. Sin embargo, persiste una significativa diferencia entre el 20% más pobre y el 20% más rico, lo cual evidencia un reto estructural en cuanto a la desigualdad económica.
En 2022, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la diferencia de ingresos entre estos grupos era de G. 9.137.000. Para 2024, aumentó a G. 10.609.000, mostrando que en dos años la brecha creció en G. 1.472.000. Relativamente, en 2024, el quintil más rico ganaba 6,9 veces más que el más pobre. Aunque en 2022 la proporción era de 7,4 veces, la mejora es mínima y no cambia el panorama desigual.
El ingreso promedio nacional creció de G. 5.238.000 en 2022 a G. 6.234.000 en 2024, un aumento del 19% en dos años. No obstante, los beneficios de este incremento no se repartieron equitativamente entre los diferentes quintiles.
El sector más vulnerable experimentó un aumento en su ingreso promedio de G. 1.420.000 en 2022 a G. 1.809.000 en 2024, lo que representa un crecimiento del 27,4%, superior al promedio nacional. Aunque notable en porcentaje, este incremento absoluto de G. 389.000 es reducido ante el costo de vida, y las necesidades básicas siguen siendo difíciles de cubrir.
Este grupo depende mucho de la ayuda de familiares y programas estatales como Tekoporã y el subsidio para Adultos Mayores. Aunque sus ingresos laborales aumentan, son menores en comparación con otras fuentes.
Por otro lado, el 20% más rico elevó sus ingresos de G. 10.557.000 en 2022 a G. 12.418.000 en 2024, incrementándose en un 17,6%, ligeramente por debajo del promedio nacional. Sin embargo, el aumento absoluto fue de G. 1.861.000, casi cinco veces más que el quintil más pobre. Sus ingresos laborales crecieron de G. 9.869.000 en 2022 a G. 11.395.000 en 2024, complementándose con jubilaciones y pensiones que superaron los G. 6.000.000 en 2024.
En resumen, aunque los ingresos han aumentado en todos los niveles, las mejoras absolutas para el 20% más pobre son insuficientes. Por ello, Paraguay enfrenta el reto de implementar políticas que no solo incrementen el ingreso promedio, sino que también reduzcan las desigualdades estructurales.
Este análisis fue preparado por MF Economía e Inversiones.
