Internacionales
Los Millonionarios de América Latina se enriquecen mientras las democracias se erosionan
América Latina y el Caribe enfrenta una paradoja tan escandalosa como peligrosa. Si bien las democracias de la región muestran signos claros de debilitamiento, una élite económica de Ultra -Ups con fortuna de más de mil millones de dólares se concentra en solo 106 personas y sus familias y ha acumulado más de 565,000 millones de dólares en riqueza conjunta. Solo durante los primeros seis meses de 2025, la herencia de millones de estadounidenses latinoamericanos creció a una velocidad 12 veces mayor que el producto interno bruto regional de 2024. Mientras tanto, la mitad más pobre de la población todavía no ve mejoras en su calidad de vida: 170 millones de personas viven en la pobreza y 66 millones, en la pobreza extrema.
Esta desigualdad no es solo una tragedia social, sino también una amenaza directa para nuestras democracias. Las grandes fortunas no son solo la acumulación del dinero, sino que son la monopulación del poder. Poder para influir en las decisiones políticas, las campañas financieras, moldear la opinión pública y bloquear las reformas fiscales. En nuestras democracias formales, donde cada voto vale la misma, el acceso al poder político está cada vez más mediado por la riqueza. Lo que debe gobernarse por la regla de «una persona, un voto», se rige cada vez más por la lógica de «un dólar, un voto».
El último latinobarómetro informa alerta sobre una recesión democrática en la región. Hoy, solo el 48% de los ciudadanos apoyan la democracia como un sistema de gobierno, en comparación con el 63% en 2010. Una de las principales razones es la creciente percepción de que los gobiernos no representan el interés de las mayorías, sino que responden a los privilegios de algunos. No es una percepción infundada. Las políticas de austeridad, la baja inversión social y la falta de voluntad para gravar a los más ricos refuerzan la idea de que el estado es capturado por intereses privados.
El rendimiento de nuestros sistemas fiscales es una parte central de este problema. En la mayoría de los países latinoamericanos, el 1% más rico paga proporcionalmente menos que El 50% más pobre. Los impuestos al consumidor, como el IVA, son generalizados; En cambio, los activos, la herencia o la herencia o las grandes fortunas son escasas o insignificantes. Solo cinco países de la región tienen impuestos a los activos netos, y solo nueve son heredados. Además, la evasión fiscal y la elusión, que beneficia casi exclusivamente altos ingresos y grandes corporaciones, es equivalente al 6.7 % del PIB regional, alrededor de 433,000 millones de dólares al año. Es la misma cantidad que, según la Organización Panamericana de la Salud, debería invertir los países de la región en sistemas de salud pública.
Esta arquitectura fiscal no solo agrava la desigualdad, también socava la base material de nuestras democracias. Sin ingresos suficientes, los estados no pueden garantizar los derechos básicos ni mantener los servicios públicos de calidad. La falta de inversión en salud, educación, vivienda, cuidado o protección social deteriora el vínculo entre la ciudadanía y las instituciones. Por lo tanto, la desigualdad se convierte en desafección y desafección democrática, a su vez, en terreno fértil para discursos autoritarios.
Ante este escenario, la solución es clara: tenemos que avanzar con urgencia hacia sistemas fiscales progresivos, que llevan a la mayoría de los cuales tienen y fortalecen la capacidad redistributiva del estado. La política fiscal no puede continuar siendo tratada como un tema técnico o secundario. Es una herramienta profundamente política. Si no está orientado a garantizar los derechos, termina reproduciendo, e incluso expandiendo, las injusticias que debe corregir.
Después del lanzamiento de los gobiernos de Brasil y España, con el apoyo de Chile y Sudáfrica, de la plataforma de acción de Sevilla para promover una iniciativa para promover una mayor imposición de los superristas, la reciente cumbre para la democracia, celebrada hace solo unos días en Chile, reafirmó la necesidad de poner este problema en el centro del debate regional. No se puede hablar seriamente de fortalecer la democracia sin discutir cómo se distribuye el poder económico y político. La institucionalidad democrática no puede protegerse, mientras que una élite puede concentrar la riqueza, influir en las decisiones clave y bloquear cualquier intento de justicia fiscal. El momento de la justicia fiscal es ahora.
Internacionales
Números de cheques de Lotería Nacional del sorteo extraordinario de La Cultura del sábado 8 de noviembre | Sorteos: Loterías y ONCE
Este sábado 8 de noviembre se llevó a cabo en el Salón de Sorteos de Loterías y Apuestas del Estado el Sorteo extraordinario La Cultura de la Lotería Nacional.
El décimo estuvo dedicado a la cultura. Loterías y Apuestas del Estado realizó este homenaje al mundo del arte y la cultura en España con motivo del incalculable patrimonio que se encuentra en el país.
Resultados del Sorteo Lotería Nacional de la Cultura
Los números ganadores del sorteo de este sábado 8 de noviembre fueron los siguientes:
botes
- 39880 > Primer premio: 1.500.000 euros por serie (150.000 euros por décimo).
- 42574 > Segundo premio: 300.000 euros por serie (30.000 euros por décimo).
- 50163 > Tercer premio: 150.000 euros por serie (15.000 euros por décimo).
Extracciones de cinco, cuatro, tres y dos figuras.
- 94413, 92775, 56768, 75725, 49850, 37328, 01673, 58784, 08701, 05842, 94778, 84727 > Doce disposiciones de 5 cifras (75.000 euros por serie, 7.500 por décimo).
- 7360, 3030, 1208, 7749 > Cuatro extracciones de 4 cifras (3.750 euros por serie, 375 por décimo).
- 501, 090, 337, 289, 985, 979, 203, 166, 838, 211, 053 > Once extracciones de 3 dígitos (750 euros por serie, 75 por décimo).
- 28, 87, 85, 91, 29 > Cinco extracciones de 2 dígitos (300 euros por serie, 30 por décimo).
Aproches
- 39879 y 39881 > Números delante y detrás al que gane el primer premio. Dos aproximaciones de 21.000 euros cada una (2.100 euros el décimo).
- 42573 y 42575 > Números anteriores y posteriores al del segundo premio. Dos aproximaciones de 12.000 euros cada una (1.200 euros el décimo).
- 50162 y 50164 > Números anteriores y posteriores al del tercer premio: Dos aproximaciones de 6.225 euros cada una (622,5 euros el décimo).
Cientos
- De 39800 a 39899 > Quedan 99 números de la centena del primer premio. 99 premios de 750 euros cada uno (75 euros el décimo).
- De 42500 a 42599 > Quedan 99 números de la centena del segundo premio. 99 premios de 750 euros cada uno (75 euros el décimo).
- De 50100 a 50199 > Quedan 99 números de la centena del tercer premio. 99 premios de 750 euros cada uno (75 euros el décimo).
Terminaciones
- 880 > Últimas 3 figuras del 1er Premio. 99 premios de 750 euros cada uno (75 euros el décimo).
- 80 > 2 últimas figuras del 1er Premio. 999 premios de 300 euros cada uno (30 euros el décimo).
Reembolsos
- 0 > Una cifra igual a la de quien se lleve el primer premio: 9.999 devoluciones de 150 euros cada una (15 euros el décimo).
- 9 > Cifra igual a la obtenida en la primera extracción especial de una figura. 10.000 devoluciones de 150 euros cada una (15 euros el décimo).
- 1 > Cifra igual a la obtenida en la segunda extracción especial de una figura. 10.000 devoluciones de 150 euros cada una (15 euros el décimo).
¿Dónde se realizó el sorteo extraordinario de la Lotería Nacional La Cultura?
El primer premio de este Sorteo Extraordinario de noviembre se ha ganado en El Puerto de Santa María (Cádiz) y Valle de San Lorenzo (Tenerife). El segundo premio, por su parte, se vendió en Málaga. Mientras que el tercer premio ha recaído en Agramunt (Lleida), Guardo (Palencia) y El Esparragal (Murcia).
Todos los premios del Sorteo Extraordinario de La Cultura
El Sorteo Extraordinario de La Cultura destaca por la cuantía de sus premios. Con un precio de 15 euros, tienes la oportunidad de ganar un premio especial de 15.000.000 de euros por un solo décimo. Pero hay muchos más, como un primer premio de 130.000 euros para el décimo puesto o un segundo premio de 25.000 euros, también para el décimo puesto.
- Primer premio: 1.500.000 euros por la serie (150.000 euros por la décima)
- Accésit: 300.000 euros por la serie (30.000 euros por la décima)
- Tercer premio: 150.000 euros por la serie (15.000 euros por la décima)
- 12 premios para extracciones de cinco cifras: 7.500 euros el décimo
- 40 premios por cuatro retiros de cuatro cifras: 375 euros el décimo.
- 1.100 premios por once retiros de tres cifras: 75 euros el décimo.
- 5.000 premios por cinco retiros de dos dígitos: 30 euros el décimo.
- 2 premios para el número anterior y posterior al primer premio: 2.100 euros el décimo.
- 2 premios para el número anterior y posterior al segundo premio: 1.200 euros el décimo.
- 2 premios para el número anterior y posterior al tercer premio: 622,50 euros el décimo.
- Cientos del primer, segundo y tercer premio: 99 premios de 75 euros al décimo.
- Finaliza el primer premio de tres cifras: 99 premios de 75 euros al décimo.
- Finaliza el primer premio con cifras de dos dígitos: 999 premios de 30 euros al décimo.
- Reintegrar: 15 euros al décimo para los números que terminen en la última cifra del primer premio. Se realizarán dos extracciones especiales de 15 euros cada una.
¿Cómo cobrar tu décimo?
Si tu décimo ganador es inferior a 3.000€, podrás recogerlo en cualquier punto de venta oficial. Para premios mayores, tendrás que acudir a alguno de los bancos colaboradores. Y si lo compraste online, el dinero se depositará directamente en tu cuenta.

Internacionales
El nuevo presidente de Bolivia enfrenta una vieja crisis: un poder judicial fallido
Cuando Rodrigo Paz asuma la presidencia de Bolivia este sábado, heredará desafíos apremiantes. El crisis económica del país puede ser la más urgente, pero el legado de su Gobierno puede depender de si logra revertir décadas de regresión en las instituciones democráticas y de justicia.
Paz, del Partido Demócrata Cristiano, partido centrista, y hasta ahora senador, heredará un sistema judicial plagados de corrupción y retrasos, y a menudo sumisos ante quienes están en el poder. Evo Morales, presidente entre 2006 y 2019, y Jeanine Áñez, presidenta interina entre 2019 y 2020, utilizaron los tribunales para perseguir a sus oponentes políticos.
El predecesor inmediato de Paz, Luis Arce, no logró romper ese patrón a pesar de sus promesas iniciales. Arce reconoció que la justicia era una “deuda” que su partido tenía con los bolivianos y creó una comisión de expertos desarrollar propuestas encaminadas a un sistema judicial independiente. Sin embargo, sus promesas nunca se materializaron.
Hoy Bolivia tiene, en muchos sentidos, uno de los sistemas judiciales más débiles, menos independientes y funcionales de América Latina. Él Índice El Informe Estado de Derecho 2025 del World Justice Project, que examina la corrupción y la eficacia de los sistemas judiciales, ubicó al país en el puesto 131 entre 143 países evaluados en todo el mundo en 2025, solo por encima de Venezuela y Nicaragua en la región latinoamericana.
Los primeros signos de paz han sido alentadores. Su plataforma electoral incluye una reforma judicial destinada a fortalecer las instituciones de justicia y establecer una comisión de reforma con apoyo internacional.
En entrevistas con medios de comunicación, Paz afirmó que su Gobierno no interferirá en el trabajo de jueces y fiscales y que buscará garantizar la igualdad de todos ante la justicia, independientemente de quiénes estén involucrados y cuál sea su inclinación política. Después de ganar las elecciones del 19 de octubre, Paz prometió que convocaría a una “Cumbre de la Justicia” en Sucre para debatir reformas al poder judicial.
Sin embargo, los desafíos son enormes. La Constitución de 2009 establece que los magistrados de las altas cortes y del Consejo de la Judicatura, órgano que nombra y destituye a los jueces, deben ser elegidos por voto popular a partir de listas elaboradas por el Congreso, que desde hace dos décadas está controlado por el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales. Este proceso, que aparentemente democratiza el sistema judicial, en la práctica ha facilitado su cooptación por parte del Gobierno.
En 2010, Morales firmó una ley que puso fin a los mandatos de los jueces nombrados antes de que la Constitución de 2009 entrara en vigor y los declaró retroactivamente temporales. El Consejo de la Magistratura destituyó a decenas de jueces sin dar motivos y nombró nuevos jueces en casos acusados de irregularidades.
Más recientemente, el Congreso no logró elaborar listas de nuevos miembros del Tribunal Constitucional después de que el propio tribunal paralizara el proceso de selección. Como resultado, los jueces que habían sido elegidos en 2017 para un mandato de seis años permanecieron en sus cargos a pesar de que sus cargos expiraron en 2023. La mayoría de ellos decidió extender sus propios mandatos. Los bolivianos ahora se refieren a ellos como los magistrados “autoprorrogados”. El presidente de la Corte Suprema de Justicia, otro tribunal superior de Bolivia, el cuestionó públicamente la legalidad de su permanencia en el cargo.
En un escenario ideal, el Presidente Paz y el Congreso deberían reemplazar el sistema de elección de jueces por voto popular, que no garantiza la independencia judicial. Sin embargo, a falta de una reforma constitucional que transforme el sistema en su conjunto, deberían aprobar una ley para crear un comité de selección que utilice criterios transparentes y basados en el mérito para guiar la decisión del Congreso al preseleccionar candidatos.
El objetivo debería ser garantizar que los jueces designados tengan un mandato fijo, con reglas claras para nombramientos, traslados, ascensos y destituciones basados en el mérito. Esto ayudaría a proteger a jueces y fiscales de la influencia y el control políticos, para que puedan tomar sus decisiones basándose únicamente en los hechos del caso y la ley.
La presidencia de Paz en Bolivia marca un giro político para el país. Pero sólo un poder judicial eficaz e independiente puede garantizar un Estado de derecho sólido y estable.
Internacionales
Los expertos predicen dificultades para multar a las empresas por abusar de los algoritmos para controlar a los trabajadores | Economía
El mal uso de los algoritmos en el entorno laboral o la negativa de las empresas a informar sobre el contenido de sus herramientas de inteligencia artificial es la voz del pueblo en entornos de gestión empresarial. Hasta ahora, la Inspección de Trabajo no se había centrado en este tema, pero la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció esta semana una campaña de inspección para aumentar la vigilancia del uso que hacen las grandes tecnológicas, como Amazon, de estos algoritmos para controlar a los empleados y organizar sus ritmos de trabajo. Sin embargo, distintos expertos consultados señalan algunas complicaciones a la hora de imponer sanciones por estas prácticas.
El pasado mes de junio, la Generalitat de Cataluña multó a Amazon por negarse a revelar el funcionamiento de los algoritmos utilizados para medir la productividad de los trabajadores en su centro logístico de Prat de Llobregat (Barcelona). Aunque la multa fue poco más que simbólica, de poco más de 2.400 euros, resultó significativa por ser pionera en sancionar la negativa de una empresa a dar cuenta de los detalles de su aplicación algorítmica.
Hasta la fecha, no hay muchas decisiones de este tipo. Pero el pasado mes de julio la Audiencia Nacional también condenó a la empresa centro de llamadas Foundever España por negarse a dar a los delegados sindicales de la CGT en la empresa información sobre el uso de una serie de algoritmos que afirmó no utilizar, pero que en el juicio se demostró que sí los utilizaba. En este caso, el Tribunal consideró que la empresa violó el artículo 64.4.d del Estatuto de los Trabajadores, lo cual requiere que usted proporcione información sobre el diseño y funcionamiento de los algoritmos.
La intención del Partido Laborista es aumentar la vigilancia y, en su caso, las sanciones en materia de inteligencia artificial en el lugar de trabajo. Pero los inspectores de esta organización difieren en sus posibilidades de ejercer este nuevo control. La presidenta del Sindicato de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social, Ana Ercoreca, defiende que la legislación ya permite sancionar a la organización. Y asegura que más allá de la infracción del citado artículo 64.4.d del estatuto, la Inspección puede multar a las empresas por uso indebido de algoritmos mediante otro tipo de incumplimientos de la normativa laboral.
De hecho, explica que ya ha iniciado varias acciones en este sentido. Entre ellos, un caso en el que una gran multinacional subcontrató una parte de su sistema de entrega a un subcontratista (algo permitido por la ley) pero las investigaciones de la Inspección descubrieron que eran los algoritmos de la multinacional los que determinaban los turnos, vacaciones y otras cuestiones de organización del trabajo de la empresa subcontratada. “En ese caso la sanción es por traslado ilegal de trabajadores, pero a esa infracción se ha llegado a través de los algoritmos”, afirma Ercoreca.
Asimismo, añade, se han dado casos en los que se denuncia un proceso de selección y los inspectores detectan que no hay mujeres en edad fértil y descubren que se debe al sesgo de la herramienta de IA. En ese caso, la sanción a la empresa propietaria de esta herramienta sería la establecida para la discriminación, derecho que se regula de forma general en el artículo 4.2.c del Estatuto de los Trabajadores, y concretamente en las relaciones laborales en el artículo 17 de esta misma norma.
Del mismo modo, también se han sancionado prácticas que implican discriminación en la remuneración, situaciones en las que el algoritmo de una plataforma envía una menor carga de trabajo a los empleados a tiempo parcial. “En lugar de que el reparto de tareas sea proporcional a las horas contratadas, el algoritmo envía menos para que nadie llegue a recibir el complemento de productividad”, critica Ercoreca.
Otros inspectores no están de acuerdo con que se estén abordando estos incumplimientos. El jefe del sindicato CSIF en la Inspección de Trabajo, Miguel Ángel Montero, considera que los inspectores «se encuentran en un agujero casi negro, porque las plataformas generan miseria, subempleo y dificultan enormemente la actividad inspectora». Según Montero, “la velocidad a la que crece el mal uso de los algoritmos en el ámbito laboral es exponencial: de momento quienes más los utilizan son las grandes empresas, pero muy pronto llegarán a los pequeños restaurantes y talleres y la Inspección se está quedando atrás en esto”.
Este dirigente sindical también se queja de la falta de cualificación específica para interpretar las herramientas de IA y detectar su mal uso. Aunque reconoce que el Ministerio de Trabajo es consciente de esta laguna y está incorporando formación específica en este tipo de algoritmos en el itinerario formativo oficial de la escuela del organismo.
La falta de profesionales cualificados es el principal obstáculo con el que también se encuentra el catedrático de Derecho del Trabajo y experto en legislación de plataformas Adrián Todolí en la lucha contra el abuso de la IA por parte de las empresas. Este académico coincide con las dos posiciones de los inspectores consultados. Asegura que la legislación española ya permite a la Inspección sancionar a las empresas infractoras con el Estatuto de los Trabajadores, pero también a través de la ley de protección de datos, que detalla más los requisitos en cuanto al uso de algoritmos en las empresas. En estos casos, corresponde a la Agencia de Protección de Datos establecer una sanción, pero la Inspección de Trabajo, de nuevo tangencialmente, puede acusar a la empresa de vulnerar el principio de no discriminación, por ejemplo.
«Si se hace esta campaña de Inspección, lo más difícil será llevar a cabo las investigaciones. El principal desafío [del organismo] «Será contar con especialistas en cómo funcionan los algoritmos y cómo detectar los riesgos de la IA», afirma Todolí.
Auditorías
En paralelo a la actuación de la Inspección, el responsable de Inteligencia Artificial de UGT, José Varela, denuncia que «las empresas bloquean sistemáticamente facilitar información en la negociación de convenios colectivos sobre los algoritmos que utilizan, porque saben que no pasarían ninguna auditoría». Esta denuncia está ligada a la legislación europea plasmada en el reglamento de inteligencia artificial (Ley AI), que en la parte que ya está vigente exige auditorías de las aplicaciones algorítmicas en el entorno laboral antes y después de su implementación. Asimismo, esta norma ya prohíbe expresamente el uso, por ejemplo, de sistemas de reconocimiento de emociones mediante herramientas biométricas.
Sin embargo, el jurista que fue ponente adjunto de este reglamento europeo sobre IA, Iban García del Blanco (ahora director internacional de Lasker), no tiene claro cómo se puede combatir el uso generalizado de estas herramientas mediante inspecciones. «Será muy complicado cómo planificar las inspecciones y con qué finalidad; será como controlar la implementación de robots, máquinas robóticas. Además, puede resultar incluso contraproducente», afirma. Además, llama la atención sobre el hecho de que la parte de este reglamento en la que se establecerá el esquema sancionador a las empresas infractoras, así como el reparto de competencias (quiénes las establecerán), no entrará en vigor hasta el 2 de agosto de 2026.
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