La Comisaría 7ª de Jardín Aurora, en Pedro Juan Caballero, se encuentra en el centro de una controversia tras una grave denuncia de maltrato policial. Carolina Villalba acusa al Subjefe José María Ortiz, y a otros agentes subalternos, de agredirla físicamente mientras se encontraba en la dependencia policial. La Policía, por su parte, niega rotundamente estas acusaciones, generando un clima de incertidumbre y exigiendo una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos.
Según la denuncia de Villalba, su visita a la comisaría el viernes pasado, motivada por una denuncia de violencia familiar, derivó en su detención y posterior agresión. Alega que, tras solicitar un teléfono para contactar a su padre, fue trasladada a una celda donde fue golpeada, principalmente en la cabeza. Identifica al Subjefe Ortiz y al agente Gustavo Amarilla como los responsables directos de la agresión y afirma haber formalizado la denuncia, aunque ésta, según su relato, aún no habría sido remitida a la Fiscalía. Adicionalmente, Villalba denuncia que el Subjefe Ortiz le habría ofrecido dinero y, aún más grave, cocaína para que desistiera de la denuncia.
En respuesta a estas acusaciones, el Subcomisario José María Ortiz niega categóricamente los hechos. En declaraciones a Radio Imperio, Ortiz afirma que acudieron al domicilio de Villalba tras una llamada y que Juan Villalba, presente en el lugar, negó la existencia de violencia familiar. Al regresar a la comisaría, según la versión de Ortiz, encontraron a Carolina Villalba en un estado de ebriedad evidente, insultando a los agentes y alterando el orden. Posteriormente, Villalba habría regresado el sábado para denunciar a su madre por violencia familiar. Ortiz niega rotundamente haber ofrecido dinero o drogas a Villalba, sugiriendo que las lesiones que presenta pudieron haber sido resultado de un altercado familiar previo.
Ante este cruce de versiones tan opuestas, resulta crucial que la Fiscalía intervenga de manera diligente. La investigación debe incluir la recolección de pruebas testimoniales, la revisión de las cámaras de seguridad (si las hubiera), y un análisis exhaustivo del historial médico de Carolina Villalba para verificar la existencia y la causa de las lesiones. El objetivo es determinar la veracidad de las acusaciones de ambas partes, proteger los derechos de todos los involucrados y garantizar la transparencia en el accionar policial. Este caso pone de manifiesto la necesidad de mecanismos internos de control y supervisión dentro de las fuerzas policiales, así como la importancia de una investigación independiente e imparcial para salvaguardar la integridad del sistema judicial y la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.
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