La agricultura tuvo bajo desempeño en el PIB trimestral.

El agronegocio, considerado uno de los “motores” de la economía brasileña en los últimos años, tuvo destaques negativos en el segundo trimestre de 2024, con una caída del 2,3% en comparación con los tres meses anteriores, según cifras divulgadas este martes (23) por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

En comparación con el mismo período del año anterior, el descenso fue aún mayor: 2,9%.

En conjunto, el Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo trimestre registró un incremento de 1,4% entre abril y junio, mientras que en paralelo a 2023, el aumento fue de 3,3%.

La caída de la producción en el sector, sin embargo, está más ligada al robusto resultado de 2023 y menos a un “mal desempeño”, destaca Claudio Considera, coordinador de cuentas nacionales del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (FGV/Ibre).

“Es un problema de comparación, básicamente. En la agricultura no hay ningún problema”, explica.

La reducción ya era esperada por el IBGE. En 2023, la producción agrícola en Brasil fue de 315,4 millones de toneladas, considerada una supercosecha, según la Encuesta Sistemática de Producción Agrícola (LSPA).

Para este año la previsión es de 298 millones de toneladas, lo que supone un descenso del 5,5%, según cifras actualizadas hasta julio.

Felippe Serigati, investigador de FGV Agro, explica que cuestiones climáticas, como El Niño, contribuyeron al declive de la agricultura.

“No podemos producir cosechas récord todos los años y la producción agrícola depende en gran medida de las condiciones climáticas. Operamos la cosecha de verano bajo el efecto de El Niño y con precipitaciones por debajo de la media en la región centro-occidental del país, lo que provocó una sequía en la región y perjudicó la productividad”, explica el investigador.

El Niño es un patrón climático que se origina en el Océano Pacífico a lo largo del Ecuador, que tiende a aumentar las temperaturas y provocar sequías en partes de las regiones Norte y Nordeste de Brasil.

La sequía entre 2023 y 2024, según el Centro Nacional de Monitoreo de Desastres Naturales (Cemaden), es la “más intensa de la historia reciente”.

Para 2025, Considera dice que la producción agrícola debería mostrar un crecimiento comparativo con los resultados de este año.

“Seguimos exportando soja y carne, con un volumen de exportación similar al del año pasado”, destaca.