Justicia para los 43 de Ayotzinapa: un grito compartido
Pequeñas bombas caseras vuelan contra el Senado de la República. Los normalistas, estudiantes de escuelas rurales normales en México, protestan por los 43 jóvenes secuestrados hace una década. El Gobierno reconoció el crimen de Estado, pero la investigación está estancada.
La causa del enojo que llevó a los estudiantes a lanzar explosivos es la desaparición de sus compañeros. Desde 2014, marchan y protestan sin cesar. A pesar de la falta de avances, siguen exigiendo justicia. Los jóvenes se infiltran en todas las noticias, atrayendo la atención de la prensa.
Los normalistas, provenientes de comunidades rurales marginadas, buscan la verdad y se niegan a olvidar a sus compañeros desaparecidos. A través de sus protestas, buscan justicia, verdad y libertad. Se enfrentan al Gobierno y al Ejército, en una lucha que se remonta a décadas atrás.
La semana de protestas culmina con manifestaciones diarias en la capital. Los padres y madres de los desaparecidos se reúnen junto a cientos de normalistas para exigir respuestas. A pesar de la falta de avances en la investigación, los jóvenes no se rinden y continúan presionando por la verdad y la justicia.
La situación se intensifica cuando los normalistas lanzan explosivos contra el Senado. Este acto provoca conmoción y refleja la desesperación de quienes buscan respuestas. La lucha de los estudiantes rurales por la justicia y la memoria de sus compañeros desaparecidos sigue vigente, a pesar de los obstáculos y la falta de avances en el caso.
